En la última década se ha detectado un incremento en el número de mujeres afectadas, pero los avances médicos han logrado reducir decesos por esa causa
Escrito por: Ángeles López
MADRID. (elmundo.es) Una amiga, un familiar, tu
compañera de trabajo... Cada vez son más las mujeres jóvenes que, como
un mazazo, reciben un diagnóstico: cáncer de mama.
Según los datos de un
informe británico, uno de cada cinco casos de esta enfermedad se da en
mujeres por debajo de los 50 años, una incidencia superior a la de hace
unas décadas. Pero no todo son malas noticias, a pesar de este
incremento, la tasa de supervivencia en estas pacientes continúa
aumentando.
'Cada vez son más. ¿Qué está pasando?' Es un comentario frecuente
entre las personas que reciben la noticia de un caso cercano de cáncer
de mama, sobre todo si la paciente es joven. Y no les falta razón, según
los datos procedentes del informe elaborado por el organismo británico
Cancer Research UK, esta enfermedad se diagnosticó en 10.068 mujeres
menores de 50 años en el año 2010, 2.356 más que en 1995.
Ese aumento representa un incremento del 11% en la incidencia de
cáncer de mama en este grupo de edad comparado con el mismo periodo hace
una década, es decir, de 38 casos por 100.000 mujeres diagnosticadas
entre 1993 y 1995 hasta los 42 casos por 100.000 entre 2008 y 2010.
En España, se calcula que este tumor afecta cada año a unas
22.000-25.000 mujeres. "Es una estimación a partir de los registros de
tres provincias españolas (Tarragona, Navarra y Granada) donde el
registro es más sólido", afirma Antonio Llombart, vocal de la junta
directiva de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).
Este
experto señala que, a diferencia del Reino Unido donde las cifras
globales del cáncer de mama llevan estables más de una década, en
nuestro país no ocurre lo mismo. "La incidencia global sigue subiendo
año tras año, tanto en mujeres mayores de 50 años como en otras más
jóvenes, y ese incremento anual está entre el 0,7% y el 1,6%", afirma.
Para este especialista, jefe del Servicio de Oncología Médica del
Hospital Arnau de Vilanova, el motivo de ese incremento se debe a que el
cambio en el rol social de la mujer, y por tanto en los factores de
riesgo, ha sido más tardío en España con respecto a Reino Unido y
todavía ese efecto se hace notar. "La mujer española se ha incorporado
más tarde al trabajo y ese cambio está impactando todavía en su salud.
Ha pasado de tener una labor más física a trabajar dentro de un
despacho. Además, el cambio alimentario en las últimas décadas genera
una dieta más alta en grasas y más pobre en frutas y verduras. Estos dos
factores ya llevaban años experimentándose en Reino Unido y otros
países, y su efecto ya no tiene tanto impacto sobre sus ciudadanas",
explica Llombart.
Sin embargo, para Emilio Alba, miembro de la junta directiva del
Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM), el factor más
importante es el reproductivo. "El cáncer ocurre en algún momento entre
la primera regla y el primer embarazo y ese periodo ha aumentado mucho
en nuestro país: A principios del siglo XX, la primera regla ocurría en
torno a los 14 años y la primera gestación sobre los 18, mientras que
ahora la edad de inicio de la menstruación se ha adelantado,
probablemente debido a una alimentación más calórica, y la edad media de
la maternidad está en los 32".
Con la menstruación empiezan a dividirse las células del conducto
mamario que no dejan de hacerlo hasta el primer trimestre del embarazo.
"Debido a la exposición a un gran número de hormonas al inicio de la
gestación, las células mamarias dejan de dividirse para el resto de la
vida, ya que en ese momento se diferencian a células secretoras y
transportadoras de la leche. Y sin división, no hay cáncer", explica
Alba.
Esto no quiere decir que la mujer que haya tenido hijos no vaya a
tener cáncer, pues las células tumorales pueden haber aparecido antes y
su desarrollo -y detección- ser posterior, sino que la maternidad
temprana disminuye el riesgo de esta enfermedad.
Además, hay que añadir a ese factor otros como el uso de la píldora
anticonceptiva. "El 70% de los tumores de mama tiene un criterio
hormono-dependiente y tiene su origen en una causa hormonal", apunta el
vocal de la SEOM. El sobrepeso se suma a esta lista de factores
condicionantes a la enfermedad. "Está vinculado a una mayor incidencia
y, una vez diagnosticado, a un peor pronóstico", añade Alba.
En cuanto a si el empleo rutinario de mamografías puede tener un
impacto en la incidencia o en la mortalidad, este experto, también jefe
del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario Virgen de la
Victoria de Málaga, señala que "está demostrado que las mamografías
detectan tumores más precozmente y que se asocian a una mortalidad
menor, aunque también es cierto que hay cierto grado de
sobrediagnóstico".
Como indica Alba, hay determinados cánceres que una
mamografía diagnostica que probablemente nunca van a ser un problema en
esa persona, pero la clave está en que "no sabemos cuáles sí [darán
problemas] y cuáles no".
Pero no todo son malas noticias en relación a este cáncer. Según
indica el informe de la institución británica, en Reino Unido la tasa de
mortalidad por este cáncer ha disminuido de nueve fallecimientos por
cada 100.000 mujeres menores de 50 años en el periodo comprendido entre
1993 y 1995 a cinco por 100.000 entre 2008 y 2010, es decir, en torno a
un 40%. Ese descenso podría deberse, entre otros factores, a que el
programa de mamografías de rutina en este país, que antes se ofrecían a
las mujeres entre los 50 y los 70, recientemente se dirigen también a
las mujeres con 40 años.
En cambio, esta explicación no valdría en nuestro país, donde la
mayoría de programas sobre cribaje del cáncer de mama en las distintas
comunidades se dirigen a mujeres de 50 o más años. "Sólo algunas CCAA
hacen estas mamografías a mujeres de 45 años y, sin embargo, los grupos
donde más se está reduciendo la mortalidad en España es en las mujeres
menores de 35 años y en las que están por debajo de 50.
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