ROMA, (AFP) - "Comer insectos" es la original campaña
lanzada este lunes por la Organización de Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación (FAO), tras descubrir a través de un
importante estudio que los insectos son nutritivos, varios, económicos y
hasta deliciosos.
La entidad de Naciones Unidas, liderada por el
brasileño José Graziano da Silva, sostiene que los insectos son "un
recurso desperdiciado", ya que son una fuente importante y fácilmente
accesible de alimentos nutritivos, ricos en proteínas, que se encuentra
en los bosques.
Según el nuevo estudio presentado por la FAO durante la Conferencia
Internacional sobre los Bosques para la Seguridad Alimentaria y
Nutricional, que se celebra en la sede central de Roma, los insectos
forman parte de las dietas tradicionales de al menos 2000 millones de
personas.
"La recolección y cría de insectos pueden generar empleos e ingresos
en efectivo, hasta ahora sobre todo a nivel familiar, pero también
potencialmente a nivel industrial", sostiene la entidad especializada en
agricultura y alimentación.
El estudio calcula que existen cerca de un millón de especies conocidas de insectos, el organismo más clasificado del planeta.
La investigación de la FAO fue realizada en colaboración con la
Universidad de Wageningen (Países Bajos) y estableció que los seres
humanos consumen en el mundo más de 1.900 especies de insectos.
Entre los más consumidos figuran los escarabajos (31% ), las orugas
(18 %), abejas, avispas y hormigas (14 %), saltamontes, langostas y
grillos (13%), indica la entidad.
"Muchos insectos son ricos en proteínas y grasas buenas y tienen un
elevado contenido en calcio, hierro y zinc", subraya el estudio.
"No estamos diciendo a la gente que debe comer bichos", advirtió Eva
Muller, directora de la División de Economía, Políticas y Productos
Forestales de la FAO, y coautora del informe "Insectos comestibles:
perspectivas de futuro para la seguridad alimentaria y alimentación para
el ganado''.
"Lo que decimos es que los insectos son sólo uno de los recursos que
brindan los bosques, y que se puede explotar su potencial como alimento,
y sobre todo, como pienso", explicó Muller.
Criar insectos en forma sostenible
Criar insectos de forma sostenible puede ayudar a evitar la
sobreexplotación forestal y si la producción estuviera más automatizada,
se podrían bajar los costes a un nivel en el que la industria se
beneficiaría de la sustitución de harina de pescado, por ejemplo, con
harina de insectos en la alimentación del ganado. La ventaja sería un
aumento del suministro de pescado para el consumo humano, explicó la
FAO.
Los expertos consideran que debido a que son de sangre fría, los
insectos no utilizan energía alimentaria para mantener la temperatura
corporal, producen una reducida cantidad de emisiones como metano,
amoníaco, gases de efecto invernadero -que originan el calentamiento
climático- y de estiércol, todo lo cual contamina el medio ambiente.
Inclusive pueden ser utilizados para descomponer los desechos,
observan los estudiosos, al pedir "políticas adecuadas" y mayores
estudios.
La FAO subraya que si bien existen leyes que a menudo prohíben
utilizar insectos en los alimentos para el consumo humano, "un número
creciente de tiendas de alimentos y restaurantes novedosos han surgido
en los países desarrollados" con esos bichos.
"El sector privado está dispuesto a invertir en la cría de insectos.
Tenemos grandes oportunidades por delante", sostiene Paul Vantomme, uno
de los autores del informe, quien considera clave un marco jurídico para
el desarrollo de ese nuevo y prometedor sector.
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