Bogotá, (EFE).- El Gobierno y la
sociedad colombiana celebraron hoy el primer acuerdo con las FARC
referido al problema de la tierra, origen de un conflicto armado que
dura casi 50 años, con la excepción de los ganaderos, poseedores de
grandes extensiones de territorio y que calificaron la decisión de
desafortunada.
Minutos después de conocerse desde La Habana el
acuerdo sobre el primer punto de la agenda del proceso de paz, el
problema del injusto reparto de la tierra en Colombia, el presidente
Juan Manuel Santos calificó de paso fundamentaL el anuncio.
"Celebramos, de veras, este paso fundamental en La
Habana hacia un pleno acuerdo para poner fin a medio siglo de
conflicto", dijo Santos a través de las redes sociales, para enfatizar:
"continuaremos con el proceso con prudencia y responsabilidad".
Posteriormente, el presidente del Senado y
articulador de las Mesas Regionales de Paz, Roy Barreras, lo calificó de
"histórico" e "irreversible".
"Se superó el premio de la montaña. Ahora vienen
las etapas contrarreloj de aquí a noviembre", dijo Barreras en un símil
ciclístico por los éxitos logrados por los ciclistas colombianos en el
Giro de Italia, que terminó hoy.
Barreras insistió en la necesidad de acelerar el
proceso para lograr un entendimiento definitivo antes de fin de año, ya
que ahora quedan otros temas también importantes por negociar:
participación política, narcotráfico, víctimas y dejación de las armas.
Desde la oposición, la exsenadora y líder del
movimiento izquierdista Marcha Patriótica, Piedad Córdoba, también
celebró el acuerdo y se congratuló porque, al fin, se "reconozca" a los
campesinos.
"Histórico este avance, esperamos que asuntos de
fondo que dieron origen a este conflicto se desactiven con la
implementación de lo acordado", manifestó, para expresar su confianza en
"la construcción de un nuevo país".
En términos similares se pronunció el
representante del izquierdista Polo Democrático Alternativo y
copresidente de la Comisión de Paz del Congreso, Iván Cepeda, quien dijo
que "hoy es un día que tiene que quedar en la memoria de los
colombianos".
Estas muestras de satisfacción contrastaron con
las declaraciones del presidente de la Federación Colombiana de
Ganaderos (Fedegan), José Félix Lafaurie, quien consideró desafortunado
el acuerdo.
"Desafortunadamente las FARC terminan llegando a
un acuerdo en esta materia", dijo Lafaurie, al precisar que el modelo
que necesita Colombia "de cara a los grandes mercados" nada tiene que
ver "con la visión reduccionista de las FARC", al lamentar que el
Gobierno haya dado "legitimidad" a la guerrilla.
La inquietud de Fedegan viene de las palabras del
jefe de los negociadores del Gobierno en La Habana, Humberto de la
Calle, quien dejó claro que el acuerdo "permite transformar de forma
radical la realidad rural".
"Un cambio histórico, un renacimiento del campo
colombiano, que puede darse en el escenario del fin del conflicto",
aseveró De la Calle, para quien el acuerdo "supera la visión tradicional
de una reforma agraria y pretende crear cambios reales para cerrar la
brecha entre el país rural y el urbano".
Las reacciones llegaron también desde el exterior,
en el caso de Estados Unidos a través de su embajador en Bogotá,
Michael McKinley, quien expresó su satisfacción.
"Es un avance alentador que estas negociaciones
van a llevar al fin del conflicto en Colombia", manifestó McKinley en el
aeropuerto militar de Catam, justo cuando llegaba el vicepresidente de
EE.UU., Joseph Biden, para una visita oficial a Bogotá que comienza
mañana.
Otros gobiernos que difundieron mensajes de
solidaridad con el pueblo colombiano y se congratularon del acuerdo
fueron el venezolano y el boliviano, entre otros.
Y es que este proceso de paz ha llegado más lejos
que cualquier otro celebrado con las FARC en el pasado, en un momento en
que la guerrilla ha decidido apostar a la paz por encima de todo.
Así lo expresó el miembro del Secretariado de las
FARC y negociador en Cuba, Pablo Catatumbo, quien en una entrevista
publicada hoy por la revista Semana sostuvo que "hay que construir una
sólida convicción de que este proceso es posible en ambas partes".
"Nosotros nos la vamos a jugar toda en este
propósito", remarcó Catatumbo, para advertir también de que no se trata
de "un proceso exprés" porque "a una confrontación que ha causado tanta
tragedia en el país y que se ha prolongado durante casi 50 años es muy
complicado ponerle plazos".
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