Madrid.- Un equipo de investigadores españoles ha explorado un
nuevo mecanismo que contribuye al desarrollo de diversos tumores,
incluyendo la leucemia linfática crónica.
Los resultados se publican en
Nature Genetics y los investigadores relacionan por primera vez el
cáncer con fallos en la protección de los cromosomas. Este trabajo está
dirigido por Carlos López-Otín, del Instituto Universitario de Oncología
de la Universidad de Oviedo, en el norte de España; Elías Campo, del
Hospital Clínic y Universidad de Barcelona (este), y María Blasco,
directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
Para sus autores, representa un nuevo avance del
Consorcio Español para el estudio del Genoma de la Leucemia Linfática
Crónica (LLC), según una nota de prensa de los tres centros de
investigación.
Este trabajo se centra en las mutaciones que
afectan a POT1, uno de los genes implicados en la protección de los
extremos de los cromosomas, los telómeros.
Cada cromosoma tiene en su extremo -en los
telómeros- un capuchón protector formado por proteínas, de las cuales
POT1 es la "grapa" que lo fija.
Todas las mutaciones ahora halladas en POT1
impiden a este gen cumplir su función, provocando que el ADN del extremo
del cromosoma se quede sin su cubierta protectora.
María Blasco, directora del CNIO, explicó que
"llevamos mucho tiempo estudiando la biología de los telómeros, ya que
alteraciones en su mantenimiento se asocian a cáncer y envejecimiento".
"Aunque se conocen mecanismos por los que las
células tumorales alteran los telómeros, las mutaciones en POT1 revelan
otra ruta hasta ahora desconocida", concluyó.
En similares términos se pronunció Víctor Quesada,
de la Universidad de Oviedo, quien afirmó que es la primera vez que
aparece mutado un gen esencial para la protección de los telómeros.
Este investigador, quien insistió en que este
estudio es aún investigación básica, subrayó a Efe que se conoce que hay
tumores en otros órganos -por ejemplo el pulmón- que presentan
mutaciones similares en POT1 y "por tanto sospechamos que contribuyen a
su desarrollo".
"Ahora que este mecanismo está definido, podemos investigar esa posibilidad", afirmó.
Este estudio también pone de manifiesto, tras
analizar el genoma de 341 pacientes, que POT1 es uno de los genes más
frecuentemente mutados en la LLC.
Trabajos previos de Campos y López-Otín habían
sugerido que en ésta intervienen mutaciones en decenas de genes clave y
que cada paciente presenta una combinación distinta de varias de ellas.
Según el trabajo actual, el 3,5 % de los pacientes
con LLC presenta mutaciones en POT1, porcentaje que asciende al 9 % si
se consideran los pacientes que tienen una forma especialmente agresiva
de la enfermedad.
De esta manera, se identifica POT1 como uno de los genes más importantes de la LLC.
Para Campo, la intervención terapéutica sobre esta
ruta podría ayudar al tratamiento de un grupo de pacientes cuyas
perspectivas clínicas son, en la actualidad, muy desfavorables.
López-Otín señaló que una vez descifrados los
cambios genéticos y epigenéticos más frecuentes en el desarrollo de esta
enfermedad, es necesario conocer los mecanismos bioquímicos alterados
por dichos cambios, para mejorar el diagnóstico y tratamiento. EFE
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