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lunes, 10 de febrero de 2014

DESPIDIENDO A NELSON RUBÉN AMARO BONILLA


A la izquierda Don Polin Amaro (fallecido ,padre de Nelson)al centro Nelson Amaro y su madre Dona Aleja de Amaro


Se nos ha ido un ángel. Sabemos que muchos de los que conocieron a nuestro hermano Nelson comparten este calificativo, pues él siempre fue una persona generosa, sencilla y humilde, de conducta transparente y que deseaba lo positivo y lo bueno para todo aquel a quien conocía. Con su eterna sonrisa y un trato de caballero, siempre estuvo atento para dar el consejo a quien lo necesitara.


En su transitar por esta tierra, donde vivió físicamente durante 56 años y cerca de 10 meses (pues el 12 de abril venidero hubiera cumplido los 57 años), fue un brillante profesional de la medicina, de acuerdo a las palabras expresadas por sus colegas. Egresado en 1986 de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, alcanzó honores de los que nunca se vanaglorió. 

La Sociedad Dominicana de Menopausia y Osteoporosis le reconoció en noviembre del 2011 por sus valiosos aportes al desarrollo y al estudio del área en cuestión, siendo el Primer Ginecólogo Endocrinólogo de nuestra región, especialidad que junto a otras alcanzó en el 1992 en el prestigioso Hospital “Gregorio Marañón” y Clínica Nuestra Señora de la Concepción - Fundación Jiménez Díaz, ambos de Madrid, España. 

En procura de su constante actualización profesional y como un aporte de sus conocimientos en las diversas áreas en las que se especializó, realizó numerosas investigaciones médicas, algunas de ellas publicadas. 

Así mismo, tanto en el país como en el extranjero participó en varios congresos, simposios y seminarios de las ciencias médicas, en algunos de ellos como Conferenciante Expositor. Respetado docente de la cátedra de “Gineco-Obstetricia” en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, así como de los Cursos de “Endocrinología Ginecología” del Programa de Residencia Médica del Servicio de Gineco-Obstetricia del Hospital Regional Universitario José María Cabral y Báez, de Santiago. 

Inició sus servicios médicos en el 1983 como Médico Interno, luego Médico Asistente y posteriormente Jefe de Grupo, en el Instituto de Maternidad San Rafael de Santo Domingo; Médico Pasante en 1985 en la Clínica Periférica Urbanización Juan Pablo Duarte de Santo Domingo; Médico Asistente del Servicio de Gineco-Obstetricia en el Hospital San Francisco de Asís y la Clínica Dr. Záiter, ambos en Santo Domingo. En Madrid, España, fue Médico Becario Extranjero en el Hospital Provincial Gregorio Marañón; Médico Residente del Servicio de Gineco-Obstetricia en la Clínica Nuestra Señora de la Concepción Fundación Jiménez Díaz. Desde el 1993 ejerció la medicina con abnegación en el Instituto Dominicano del Seguro Social y en el Hospital Regional Universitario José María Cabral y Báez de Santiago, creando allí por primera vez la consulta de Endocrinología Ginecológica. 

Hasta la hora de su muerte fue miembro activo de las principales agrupaciones médicas de nuestro país y de España, tales como la Asociación Médica Dominicana (desde el 1986), la Sociedad Dominicana de Ginecología y Obstetricia (desde 1992) de la que fue directivo en el período 1996-1998, la Sociedad Española para el Estudio de la Osteoporosis y Menopausia (Miembro Número 273 desde 1991), la Asociación de Becarios Extranjeros de la Fundación Jiménez Díaz de Madrid, España; la Federación Latinoamericana de Sociedades de Ginecología y Obstetricia, la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia, la Sociedad Interamericana de Medicina, Cirugía Estética y Cosmetológica (desde marzo del 2008).

Nelson fue siempre un médico apegado a los más puros principios éticos; nunca aceptó realizar un aborto o cualquier otra práctica ilícita o criticable. Luchó siempre por la vida de los demás. “Como paciente, en la lucha por su propia vida fue un gran guerrero, un batallador, un hombre extraordinariamente valiente con una reciedumbre admirable”, dijeron de él los enfermeros que le acompañaron así como sus amigos colegas y compañeros de trabajo del Centro Médico Cibao y del Hospital Metropolitano de Santiago, donde tenía sus consultorios para la atención de sus pacientes.

Como miembros de su familia, agradecemos el apoyo de todos los que nos han acompañado en este difícil trayecto y, sobre todo, en este momento de dolor. Nos reconfortan las expresiones de reconocimiento y admiración por este gran ser humano que hoy despedimos. Una de sus amigas de infancia dijo acerca de él que fue “Tan extraordinariamente amoroso, sencillo y entregado a la voluntad de Su Creador”; uno de sus colegas médicos expresó que “Nelson fue un ser humano generoso y dedicado, y como profesional era lo máximo”; otro de ellos destacó que fue “Un ser humano especial, dotado de gran humanidad”; otra de sus amigas manifestó que Nelson fue “Un excelente ser humano, merecedor de llamarse hijo de Dios y heredero de su reino”;

Para ustedes él fue Nelson, o el Doctor, o el Dr. Amaro. Para nosotros fue nuestro Checho, el Macho, Mi Querido, Papi, Tío Ezo, un hermano maravilloso y un hijo excepcional.

Despedimos hoy su cuerpo pero él continuará existiendo en nuestros corazones; su suave sonrisa angelical con la que se despidió de su madre y con la que se encontró con Jesús continuará en nuestras imágenes. Sabemos que nuestro Señor Jesucristo está recibiendo a Nelson Rubén Amaro Bonilla con alegría, porque a los cielos está entrando un ángel.

Querido Nelson, consciente de que cumpliste a plenitud tus deberes en la tierra, tienes ahora el derecho de gozar de la visión divina en la dulce Mansión del Señor. En nombre de tu madre, de tus hijos, tus hermanos, tus sobrinos y todos tus familiares, así como tus amigos y colegas, te deseamos el sueño hermoso de la eternidad al lado de Dios Padre.
¡Descansa en paz por siempre!

NOTA: Palabras leídas a nombre de la familia Roxana Amaro Bonilla (hermana)ante sus restos mortales en el Cementerio Municipal “Reverendo Francisco Franco” de la ciudad de Mao, al momento de su sepultura (7 de febrero, 4:45 P.M.).

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