Jimena Navarrete Rosete se convirtió en el nombre más buscado en las redes sociales en el espacio de unas horas: de repente la nueva Miss Universo estaba en boca de todos... Pero en los comienzos del siglo XXI ¿a que se debe la vigencia de los concursos de belleza?
Para muchos los certámenes de belleza son denigrantes, un resquicio del pasado donde la mujer es reducida a un conjunto de medidas estándar 90-60-90 y a la pura apariencia.
Los grupos feministas no se explican que el avance de la mujer en otros terrenos no haya ido en paralelo a la desaparición de este tipo de certámenes, que siguen registrando impresionantes cifras de audiencia en todo el mundo.
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Culturalmente todavía vivimos en una sociedad que percibe la belleza como un valor mayoritariamente femenino y donde todavía se presiona a las mujeres para que ser bonitas se encuentre entre una de sus cualidades principales.
Para otros son las razones puramente económicas las que sustentan el concurso y toda la serie de eventos asociados, Miss Universo es un gran negocio de marketing y publicidad que mueve miles de millones de dólares cada año.
Como sea, la realidad es que hay miles de mujeres en el mundo que se presentan a este certamen esperando lograr con su belleza un visado a la fama, el mundo del cine, el espectáculo o una vida llena de glamour.
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