Fernando Ravsberg
BBC Mundo.
El Arzobispado de La Habana anunció que en breve se producirá la excarcelación de otros seis prisioneros políticos cubanos. El comunicado de la Iglesia dice que son ya 32 los que "han aceptado la propuesta de salir de la prisión y trasladarse a España".
Se trata de Víctor Arroyo, Alexis Rodríguez, Leonel Grave de Peralta, Alfredo Domínguez, Próspero Gainza y Claro Sánchez, todos ellos miembros del grupo de los 75 disidentes encarcelados en 2003 y sentenciados a penas de más 20 años de prisión.
Desde el pasado 7 de julio, los presos están saliendo del país acompañados de sus familiares. Las excarcelaciones se producen gracias a un diálogo sin precedentes entre el presidente Raúl Castro, la Iglesia Católica cubana y el gobierno español.
Sectores de la disidencia han criticado duramente a la jerarquía católica por esta mediación aduciendo que sólo beneficia al gobierno cubano, porque excluye a la oposición interna y saca del país a los presos y a cientos de sus familiares.
EE.UU. se suma tímidamente
El cardenal Jaime Ortega fue acusado por grupos disidentes de beneficiar al gobierno con su mediación.
Con la liberación de estos presos sólo quedan encarcelados 20 prisioneros del grupo de los 75, dado que el resto ya habían sido liberados mediante licencias extrapenales por razones de salud en los años anteriores.
Tras una negociación entre el presidente Raúl Castro, el cardenal Jaime Ortega y el canciller español Miguel Ángel Moratinos, se llegó al acuerdo de liberarlos a todos en un plazo máximo de cuatro meses, es decir antes de noviembre de este año.
La mayoría de ellos han aceptado salir rumbo a España, otros quieren viajar directamente hacia Estados Unidos y un pequeño grupo aspira a permanecer en Cuba. Hasta ahora sólo están saliendo de prisión los que aceptan volar a Madrid.
El cardenal Ortega acaba de regresar de EE.UU., donde logró que la secretaria de Estado, Hilary Clinton, se comprometiera a recibir a los excarcelados que quieren residir en ese país, "siempre y cuando la transferencia no viole ninguna ley".
La principal demanda internacional
En los últimos años, la actividad de los grupos opositores se centró en la liberación de los presos políticos.
Todo indica que los prisioneros que quieren permanecer en Cuba también serán excarcelados. Según Ricardo Alarcón, presidente del parlamento cubano, todos los presos políticos –sin delitos de sangre- serán puestos en libertad.
De hecho, antes de estas excarcelaciones ya Cuba había alcanzado la cifra más baja de presos políticos de toda la historia revolucionaria, según informó en julio de este año la opositora Comisión de Derechos Humanos.
Además, el presidente Raúl Castro indultó a decenas de presos -comunes y políticos- que habían sido condenados a la pena de muerte, todos ellos acusados cometer delitos violentos como asesinatos o atentados dinamiteros contra objetivos civiles.
El tema de los presos políticos era la mayor exigencia de Bruselas para normalizar sus relaciones con La Habana. Washington también "tomó nota" del gesto y hay fuertes rumores de que flexibilizará la prohibición de viajes de los estadounidenses a Cuba.
Se enfrentan disidencia e Iglesia Católica
Las excarcelaciones no fueron provocadas por la presión interna ni internacional, según "Espacio Laical".
Un grupo de disidentes dirigió una carta al Papa calificando la mediación como un gesto "bochornoso" que "solo beneficia a la dictadura". El arzobispado respondió que se trata de una acción humanitaria, en la que no apoyan al gobierno ni a los que se le oponen.
La revista católica "Espacio Laical" asegura que la protesta de los disidentes "se gestó fuera de Cuba" para boicotear la mediación y que "responde a la política del odio, que desvirtúa la realidad interna del país presentándola como un escenario binario de buenos y malos".
Dice la publicación que la "oposición radical" jamás ha trabajado por un diálogo político por lo que está pidiendo al adversario lo que ellos mismos no son capaces de dar y pone en duda que la "bondad humana" sea la guía de estos grupos opositores.
Descartan que las liberaciones se hayan decidido por las acciones de la disidencia dentro de Cuba o por las demandas internacionales. Sostienen que "la presión ha estado presente por más de 50 años y no ha logrado cambiar nada".
Finalmente, el editorial de la revista católica sentencia que "los sectores que aspiran única y simplemente a derrocar al gobierno cubano no pueden ni deben ser los que tengan en sus manos el futuro de Cuba".
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