LOS PRIVILEGIADOS.

Por: José Jordi Veras Rodríguez.

Los que hoy somos padre de familia y conllevamos un hogar que al igual como la gran mayoría tenemos que estar dependiendo de un servicio doméstico para que pueda encargarse no sólo de la casa, sino del cuidado de nuestros hijos e hijas, estoy seguro que la prenda más preciada de todos.

Hoy tal situación se ha convertido en un dolor de cabeza y una gran necesidad, tomando en cuenta que la mayoría de los hogares de clase media hacia abajo, ambos padres deben y tienen la necesidad de trabajar.

Cuando éramos pequeños teníamos la situación de que la mayor parte de nuestras madres no ejercían una labor fuera de la casa, en oficina y demás, sino que conllevaban la tarea más dura, la del hogar.

A la vez tenían cierta ayuda con un servicio doméstico, sin embargo, la batuta y la directriz de la educación de los hijos estaba al mando de la madre.

 Evidentemente que sin realizar muchos análisis los hechos de hoy, nos demuestran que es parte esencial de lo que ha estado sucediendo con el comportamiento de nuestros hijos y de que el poco tiempo que pasamos con ellos y que prácticamente lo pasan con personas que si bien en muchos casos pasan a formar parte de la familia, sin embargo, existen situaciones que no.

Es cierto que muchas mujeres que realizan honradamente esta labor ya indicada, se integran a los hogares como parte del mismo y algunas permanecen años y ven crecer a tus hijos y ya son parte integral de las familias. Sin embargo, esto no es el principio sino que hoy son la excepción.

 En esto se da una situación también sociológico y social y es que existe una parte que aún habiendo trabajo no desea esforzarse ni hacer lo que debe conllevar y muchas veces se muestran ante su labor como sino necesitaran de su trabajo, ya que lo realizan de forma negligente.

Es una incertidumbre que hoy viven y con lo que tienen que luchar muchos de los que hoy conllevamos el hogar, en el cual mujer y hombre, madre y padre trabajan o de hogares formados por uno solo de los padres, estos van todavía más forzados y muchas veces se nota en la actitud de los hijos.

Es un dolor de cabeza, en el que se debate y se mantiene la duda, de buscar o tratar de que la madre permanezca en el hogar buscando que desde el mismo realice sus actividades productivas con negocios creados y fomentados desde el hogar, con tal de no sacrificar la formación de los hijos.

Son privilegiados aquellas parejas y madre y padre, que pueden tener la posibilidad de que ambos padres no tengan la necesidad o la obligación de que ambos trabajen para mantener el hogar y las distintas obligaciones.

Así también lo son, aquellos hogares que logran obtener la gran dicha de tener en sus hogares mujeres que asumen con responsabilidad y amor su trabajo, ya fuere las labores cotidianas como en el amor, cariño y educación de los hijos.

Ustedes al igual que nosotros hemos sido testigos y conocido de historias de las situaciones que se presentan con las domésticas o jóvenes que están en tus hogares, bajo la confianza total y en la mayoría de las veces como parte del clan familiar.

Tratando de pensar o hacer que las mismas asuman que los hijos son la parte y el elemento importante de ese hogar determinado.

Sin embargo, muchas veces los resultados o las situaciones que ocurren no son tan felices, porque de una forma o de otra, o la persona no quiere asumir el trabajo como se debe; o el trato para con tus hijos no es ni siquiera el mínimo aconsejable, siendo esto un agravante a la preocupación que de por sí es constante desde el mismo instante que cerramos la puerta de nuestras casas para salir a nuestras labores.

Es cierto que la dinámica de la vida, el deseo de que los hijos reciban la mejor de la educación de hogar, hacen que evidentemente la mayoría de los que son padres de familia, ambos trabajen fuera de la casa y no tiene el privilegio, la dicha o la posibilidad de que los hijos estén siendo educados y creciendo de la mano de uno de los padres o de poseer una persona que tengan la suficiente conciencia de lo que tiene entre manos.