México, Valentina Albornoz, la dueña de las clínicas de estética donde se trató la cantante Alejandra Guzmán con grave perjuicio para su salud, ingresó hoy en prisión, informó la fiscalía del Distrito Federal.
Por el momento se ejecutó una orden de aprehensión contra ella por dos delitos de lesiones dolosas, aunque hay más de 20 denuncias, y se han presentado ante el juez al menos otros cinco delitos más de la misma clase que aquellos por los que ha sido encarcelada.
La autoridad judicial, una vez reciba la declaración preparatoria de Albornoz, tiene 72 horas para dictar si ésta sigue presa o no.
Valentina Albornoz vio como se le venían encima las denuncias tras saltar a la luz pública el caso de Guzmán, que se encontraba hospitalizada en estado grave tras serle inyectado "cemento para huesos" en los glúteos con la promesa de reafirmarlos.
Su caso ha destapado el negocio de clínicas de estética que operan sin licencia.
La fiscalía señaló que Albornoz "conocía que no podía llevar a cabo estas actividades profesionales de la manera en que lo hacia", ya que son procedimientos de cirugía estética que requieren disponer de la licencia médica correspondiente.
También consideró que en dichos tratamientos "usaba productos no registrados ni permitidos por las autoridades competentes". Todo ello ocasionó a varias denunciantes "deformaciones internas y externas" e, incluso, motivó la amputación de partes anatómicas.
Alejandra Guzmán, que permaneció casi dos semanas en un centro médico de la capital mexicana, y que también denunció a Albornoz, calcula que entre gastos sanitarios y cancelación de conciertos ha perdido cerca de un millón de dólares, cantidad que reclama.
La dueña de la clínica donde fue tratada Guzmán fue llevada al penal femenino de Santa Martha Acatitla, en el extrarradio de Ciudad de México.
Anteriormente se hallaba en detención preventiva, a la espera de que se investigase más a fondos su presunta responsabilidad en los hechos denunciados. EFE
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