Lucas
refiere que Jesús atravesaba la ciudad de Jericó. Y que un tal Zaqueo,
jefe de recaudadores, queria ver a Jesús "pero la gente se lo impedía
porque él era bajo de estatura". Y, pienso yo, que además de su baja
estatura, este tendría
tambien la nula cooperación del público por su condición de judío al
servicio del Imperio Romano, opresor. Y, éste Zaqueo, además era jefe de
recaudadores.
El escueto relato de Lucas no nos habla de las
motivaciones de Zaqueo para hacer el esfuerzo que hizo para ver al
Maestro. Nos dice solamente, que Zaqueo se encaramó a un árbol al borde
del camino, una higuera.
Ahi lo descubre Jesús y le dice: baja, porque hoy voy a comer en tu casa.
El
resto de esta bella historia se refiere a la declaración de conversión
de Zaqueo, que supongo estaba ya en marcha desde que él comenzó a
treparse al árbol del camino para poder ver a Jesús; y las palabras de
Jesús celebrando el encuentro de esta oveja perdida.
Yo
pienso que hay que dedicarle unos pensamientos más a la conducta
corajuda de Zaqueo. Que esto puede ser mas útil que el repetir otras
cosas ya bastante oídas. A mi, al menos, me inspira resolución, esfuerzo
para saltar sobre obstáculos en el camino de nuestra fe y de nuestro
mejoramiento como seres humanos. Pues, según vemos, en este y otros
ejemplos, el Señor nunca deja sin recompensa un esfuerzo, en buena
dirección, por conseguir paz, salud o un pedacito de Cielo.
Y,
esto no es un chiste. Pero pienso que Zaqueo, al igual que la
hemorroísa que se abrió paso entre la multitud para tocar el manto de
Jesús y sanarse, es posible que bién conociera aquella vieja filosofía
española que dice: "El que quiere peces que se moje el culo".
Un abrazo.
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