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lunes, 4 de noviembre de 2013

Zaqueo, pequeño pero corajudo.

 
Escrito por Tiberio Castellanos
 
Lucas refiere que Jesús atravesaba la ciudad de Jericó. Y que un tal Zaqueo, jefe de recaudadores, queria ver a Jesús "pero la gente se lo impedía porque él era bajo  de estatura". Y,  pienso yo, que además de su baja estatura, este  tendría tambien la nula cooperación del público por su condición de judío al servicio del Imperio Romano, opresor. Y, éste Zaqueo, además era jefe de recaudadores.
 
El escueto relato de Lucas no nos habla de las motivaciones de Zaqueo para hacer el esfuerzo que hizo para ver al Maestro. Nos dice  solamente, que Zaqueo se encaramó a un árbol al borde del camino, una higuera.
 
Ahi lo descubre Jesús y le dice: baja, porque hoy voy a comer en tu casa.
El resto de esta bella  historia se refiere a la declaración de conversión de Zaqueo, que supongo estaba ya en marcha desde que él comenzó a treparse al árbol del camino para poder ver a Jesús; y las palabras de Jesús celebrando el encuentro de esta oveja perdida.
 
 Yo pienso que hay que dedicarle unos pensamientos más a la conducta corajuda  de Zaqueo. Que esto puede ser mas útil que el repetir otras cosas ya bastante oídas. A mi, al menos, me inspira resolución, esfuerzo para saltar sobre obstáculos en el camino de nuestra fe y de nuestro mejoramiento como seres humanos. Pues, según vemos, en este y otros ejemplos, el Señor nunca deja sin recompensa un esfuerzo, en buena dirección, por conseguir paz, salud o un pedacito de Cielo.
 
Y, esto no es un chiste. Pero pienso que Zaqueo, al igual que la hemorroísa que se abrió paso entre la multitud para tocar el manto de Jesús y sanarse, es posible que bién conociera aquella vieja filosofía española que dice: "El que quiere peces que se moje el culo".
Un abrazo.

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