WASHINGTON (AFP) - Cuatro años atrás,
Hillary Clinton fue recibida en el Departamento de Estado en medio de
fuertes aplausos de cientos de funcionarios cuando, en su primer día
como jefa de la diplomacia estadounidense, prometió "una nueva era para
Estados Unidos".
Después de más de un millón y medio de kilómetros viajados, 112
países visitados y unos 400 días a bordo de un avión, Clinton está a
punto de abandonar su cargo como secretaria de Estado, ubicada entre los
principales líderes mundiales por haber restaurado la imagen de Estados
Unidos en el mundo.
Sin embargo, una de las políticas con más visibilidad del mundo,
que ha pasado décadas en el centro de la atención pública, no ha sido
vista durante varias semanas por una serie de problemas de salud.
Justo en el momento en que se esperaba que Clinton, de 65 años,
retornara a su trabajo, el lunes de esta semana, los doctores revelaron
que tiene un coágulo de sangre en una vena cerca de su oreja derecha
entre el cráneo y el cerebro.
El coágulo es resultado de una conmoción cerebral que sufrió a
principios de diciembre, cuando se desmayó debido a una deshidratación
causada por un virus estomacal.
Sus doctores dijeron que se recuperaría completamente tras el
tratamiento con anticoagulantes, pero su prolongada ausencia ha
despertado una ola de rumores que eclipsan sus últimas semanas en el
cargo, antes de cederle el testigo al senador y excandidato presidencial
John Kerry.
La exprimera dama y esposa de Bill Clinton deja a su paso una
reputación de trabajadora incansable, extremadamente detallista, que
solo ocasionalmente decide relajarse, momento en que las discusiones
pueden distenderse.
Pero después de años de lidiar con los principales desafíos
mundiales, la abogada dice que ahora quiere disfrutar los pequeños
placeres de la vida como leer, escribir y mirar su programa favorito de
televisión.
Nacida en Illinois (centro) el 26 de octubre de 1947, el ascenso
de Clinton de licenciada en derecho por la Universidad de Yale - donde
conoció a Bill en 1974 - a las más altas esferas políticas del país ha
abierto el camino para las mujeres en todos lados.
En 2008, casi hizo historia al quedarse a las puertas -perdió ante
Obama- de convertirse en la primera candidata del partido demócrata
para la presidencial.
A pesar de haberlo negado reiteradamente, muchos están convencidos
que se volverá a presentar a las elecciones, aunque es posible que su
estado de su salud sea motivo de debate, teniendo en cuenta que
cumpliría los 70 en su primer año en el cargo.
"Los demócratas quieren que se presente. Y no quiero decir muchos
demócratas. Quiero decir un montón de demócratas, como el 90% a lo largo
del país", dijo el estratega de ese partido James Carville a fines de
2012.
Después de la amarga batalla que libraron durante las primarias, a
la mayoría tomó por sorpresa que Obama la designara secretaria de
Estado.
Pero Clinton ha comprobado ser extremadamente leal, incluso
recibiendo algunos golpes por Obama, por ejemplo al asumir la
responsabilidad por la muerte de cuatro diplomáticos en setiembre de
2012 durante el ataque al consulado estadounidense en Bengasi, Libia,
una tragedia que ella calificó como el "peor momento" de su mandato.
Clinton todavía debe testificar públicamente por el tema, ya que
un informe del Departamento de Estado encontró que la seguridad de la
misión diplomática era "muy insuficiente".
Los críticos también dicen que Clinton no logró ninguna gran
victoria durante su mandato, en comparación, por ejemplo, con la
apertura a la China comunista de su predecesor Henry Kissinger, durante
el gobierno de Richard Nixon.
El analista Aaron David Miller culpó a Obama por mantener un
férreo control sobre los asuntos de política exterior. Obama "tuvo a una
secretaria de Estado extremadamente talentosa y capaz a la que no le
dio poder en ningún problema importante relacionado a la paz o la
guerra", dijo en un foro reciente.
"Encontró su propia agenda. Yo lo llamo humanismo planetario. Y
fue una importante. Fue equidad de género, asuntos vinculados a las
mujeres, medios sociales, tecnología, medioambiente", agregó el
exconsejero de seis secretarios de Estado.
Muchos subrayan el rol de Clinton en la restauración de la imagen
de Estados Unidos en el extranjero, muy dañada durante los años
intervencionistas del expresidente George W. Bush.
Clinton trabajó duro, por ejemplo, para lograr un acercamiento a
Pakistán- un aliado clave pero de cuidado en la guerra contra los
talibanes en Afganistán - y logró la aprobación de sanciones más duras
contra Irán por parte de Occidente.
Durante un viaje a China a principios de 2012, consiguió negociar
con éxito una salida segura a Estados Unidos para el disidente Chen
Guangcheng.
Muchos republicanos la detestan, obsesionados con la estridente
imagen que dejó en la década de 1990 y su intento por reformar el
sistema de salud cuando gobernaba su marido.
Una y otra vez, Clinton ha demostrado ser una especialista en
reinventarse, incluso superando el engaño de su marido con Monica
Lewinsky en 1998.
Ahora insiste en que es tiempo de descansar y, si la obliga su hija Chelsea, de recibir a un nieto largamente esperado.
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