Corea del Norte aseguró hoy que llevará a cabo en su territorio una
nueva prueba nuclear “de mayor nivel” y enfocada a su “enemigo” EEUU,
dos días después de que el Consejo de Seguridad de la ONU impusiera
nuevas sanciones al país comunista.
Sin especificar la fecha, el régimen confirmó que realizará un
próximo ensayo atómico y lanzará más satélites y cohetes de largo
alcance, operaciones que enmarcó en la “acción total” que promete
emprender en una nueva fase de su “lucha contra EEUU”, al que definió
como su “enemigo jurado”.
En un comunicado suscrito por la poderosa Comisión Nacional de
Defensa y publicado por la agencia estatal KCNA, Corea del Norte, que ya
realizó sendas pruebas nucleares en 2006 y 2009, aseguró que la próxima
será “de mayor nivel”.
Esta puntualización “podría indicar que usará por primera vez uranio
altamente enriquecido en la próxima detonación”, indicó a Efe un
portavoz del Ministerio de Defensa de Seúl, que citó a expertos
nucleares locales.
Estos creen que el país comunista, que admite enriquecer uranio en
sus instalaciones de Yongbyon para un supuesto uso civil, podría
utilizar este peligroso material en su próxima bomba experimental.
De ser así, la próxima detonación norcoreana marcaría una importante
diferencia con las dos anteriores, inducidas por plutonio, e indicaría
que el país antaño incluido en el famoso “eje del mal” del expresidente
estadounidense George W. Bush ha encontrado un nuevo modo de fabricar
armas atómicas.
En todo caso, “creemos que Corea del Norte está preparada para hacer
explotar un dispositivo nuclear en cualquier momento, y para hacerlo
solo necesita el visto bueno del líder”, añadió el portavoz de Defensa,
en una advertencia de que la acción podría llegar en cuestión de días.
Esta afirmación llega después de que ayer los servicios de
inteligencia surcoreanos revelaran que en la base de Punggye-ri, la
misma utilizada en las pruebas anteriores, parece estar todo listo para
un nuevo test nuclear, según las últimas fotografías de satélite.
Las imágenes muestran que el túnel supuestamente cavado para una
nueva prueba atómica ha sido rellenado con tierra y cemento, lo que
según los expertos sugiere que ya se han instalado en su interior todos
los equipos de medida y dispositivos necesarios para llevar a cabo la
operación.
Mientras, el enviado estadounidense para las interrumpidas
negociaciones sobre la desnuclearización norcoreana, Glyn Davies,
instaba hoy desde Seúl al régimen de Kim Jong-un a no realizar la
anunciada prueba nuclear, bajo el argumento de que supondría “un error y
una oportunidad perdida”.
En todo caso, “llevarla o no a cabo solo depende de Corea del Norte”,
comentó Davies, de visita en la capital surcoreana para buscar, con su
homólogo local Lim Sung-nam, medidas de seguimiento tras las sanciones
impuestas al Norte por el Consejo de Seguridad de la ONU.
Este organismo anunció el martes su resolución 2087, en la que
decreta la congelación de activos de un total de seis instituciones y
cuatro individuos norcoreanos, sanciones aprobadas por unanimidad y que
se unen a las impuestas anteriormente al país.
De este modo, la comunidad internacional castigaba el lanzamiento del
cohete de largo alcance Unha-3 con el que Corea del Norte puso en
órbita su primer satélite espacial el pasado 12 de diciembre, al
considerarlo una prueba encubierta de misiles que violaría resoluciones
previas de la ONU.
Las pruebas nucleares que el régimen norcoreano llevó a cabo en 2006 y
2009 siguieron a respectivos lanzamientos de misiles y de un primer
cohete de largo alcance.
En 2006 la potencia de la detonación fue de menos de 1 kilotón, según
estimaciones de expertos extranjeros, mientras en 2009 las evaluaciones
varían desde dos a unos 15 kilotones, que corresponden aproximadamente a
la famosa bomba lanzada por EEUU sobre Hiroshima seis décadas antes.
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