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miércoles, 23 de enero de 2013

Errores que Juan Pablo Duarte cometió.



Autor Tiberio Castellanos
Yo no entiendo por qué los que escriben sobre el Padre de la Patria elogiando sus virtudes, son incapaces de reconocer algunos errores que el Patricio cometió. 
 
Estoy pensando ahora, en algo que esos duartianos, posiblemente conocen mejor que yo: venezolanos y cubanos cuya veneración a Simón Bolivar y José Martí es incuestionable, admiten, pueden admitir, que esos dos grandes hombres cometieron algunos errores.
 
Juan Pablo Duarte, el Apóstol de nuestra Independencia, que también fue un ser humano, cometió también algunos errores. Fruto de esos errores fue su muerte en la pobreza (confeccionando, en Caracas, velas de cera) y algo olvidado por sus compatriotas.
 
Su primer y grande error fue el golpe de estado (9 de junio 1844) contra los afrancesados de la Junta Central Gubernativa. En unos meses de labor política, en la ciudad que, unas semanas antes lo había recibido al grito de -Salve al Padre de la Patria- Duarte y sus adictos hubieran logrado pacíficamente el mismo objetivo. 
Pero Duarte no era político. Su patriotismo era tan exaltado que le obstruía ver algunas realidades. No pudo observar en Baní la realidad de aquel Ejército del Sur que era también el ejército de Santana ( no tengo noticias si Duarte pudo hablar en Baní con los Alfau, que fueron antes parte de su gente, y que ahora eran muy influyentes oficiales en el estado mayor de Santana.
 
El 15 de julio, en medio del contragolpe de Santana a los trinitarios, Felipe rescata a su antiguo compañero de la Trinitaria Juan Isidro Pérez, de las manos de los espalderos de Santana que querian matarlo).
 
Su segundo error fue ese, ignorar que Santana, ya vinculado a los afrancesados,  reaccionaría en favor de sus amigos.
 
Su tercer error fue no regresar al país cuando todos sus compañeros de exilio regresaron. Entiendo que sólo Serra quedó en Puerto Rico. No quiero entrar aquí, dejo que otros entren, en las suposiciones del porqué Duarte prefirió ser diferente a sus compañeros, ser único.
 
Concluyo que Juan Pablo Duarte, con la fundación de la Trinitaria y su prédica nacionalista que encendió el patriotismo. Y luego con su inteligente y laboriosa gestión en la revolución de la Reforma, tiene méritos suficientes para su consagración como Padre de la Patria y Apóstol de la  Independencia.
Un abrazo,
Tiberio
  
 

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