Por Lincoln López
El shock del presente, el choque nervioso o la conmoción que está recibiendo la sociedad mundial ante el avance de la ciencia y la tecnología en el siglo XX. Amplificada en mayor grado en el siglo XXI.
Desde los años sesenta se da una amplísima literatura sobre los estudios del futuro, tratando de profetizar desde un campo distinto al de los adivinos y las “bolas de cristal”, de lo que le aguarda a la humanidad y alejados de otros escritores anteriores como Verne, Wells, Orwell...
Los autores más conocidos son: Massé, Richta, Kahn y Toffler…
Estos autores o pensadores fueron acogidos y pagados como “máquinas de pensar” por instituciones tanto públicas o del gobierno como privadas (universidades, fundaciones, institutos…), y naturalmente muchos de ellos fracasaron completamente en sus predicciones. En cambio, hubo uno muy exitoso: Alvin Toffler.
A Alvin Toffler lo conocí por “El shock del futuro”, a instancias del gran amigo y teatrista, médico e intelectual, Daniel Rivera, cuando ambos escribíamos una columna periodística titulada: “Vida Civil y Política. López-Rivera”. Es un libro que presenta los cambios de todo orden que se producirían en el mundo del siglo XXI, y que “millones de personas corrientes, psicológicamente normales, sufrirán una brusca colisión con el futuro” (un choque mentalmente irreverente). Toffler lo llama “la enfermedad más grave del mañana” (hoy).
Los ejes principales en los cuales giran su texto son los siguientes:
1. Muerte de la permanencia.
La ruptura ha llegado. “Ya no sentimos la vida como la sintieron nuestros antepasados. Las relaciones del hombre con las cosas son cada vez más temporales. Casi todo tiene fecha de expiración. Nuestra sociedad, hoy día, es altamente más transitoria que la de ayer.
2. La aceleración.
Hoy tenemos la sensación de que “las cosas se mueven más de prisa”. No tengo tiempo, es la frase típica del presente. Hay amigos de lunes a viernes. Desde la familia hasta las instituciones más complejas se transita por esta modalidad. “La modificación del tiempo, es, hoy, una realidad”.
3. La novedad.
Para que el cambio sea verdaderamente explosivo hay que incluir la novedad. Atestarlo de una cantidad infinita de novedades. “Todas extrañas y novedosas y sin precedentes para llevar al ser humano a un peligroso nivel”. “Todo estará teñido de vivos colores y abierto a la individualidad. El problema no estriba en si el hombre podrá sobrevivir a la reglamentación y a la estandardización…sino, si podrá sobrevivir a la libertad”.
y 4. La diversidad.
La novedad nos lleva al cuarto eje: la diversidad. Ella es variedad, disparidad, heterogeneidad, multiplicada y multiplicada infinitamente. Llega un momento “en que la opción se convierte en exceso de opción…”
Estos cuatro ejes, en mayor o menor grado pueden ser comprobados objetivamente. Es un mérito del autor. Pero habría que desarrollar en futuras entregas estas variables: 1. La intención original de producirlos. 2. El error de desligar estos “productos” del elemento político para contrarrestar al socialismo. Y 3. Su desaprensiva realización trajo un desbocamiento peligroso para la humanidad.
Es el shock del presente.
culturaviva16r@hotmail.com
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