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lunes, 3 de mayo de 2010

Carta respuesta a Juan Bonilla de Danilo Basilio

Hola Juan

La primera vez que nuestra amistad se vio amenazada, fue en aquella oportunidad en que me sentí impotente para poder demostrar que no tuve nada que ver con que la tendencia que liderabas, no saliera ganadora en las elecciones del Sindicato de Periodistas.




La acusaciones provinieron de tu hoy esposa Nelly Mirabal, quien me acusó de haberme constituido una quinta columna en tus predios para favorecer a Perfecto Martínez.


Lo que mas me acusaba era el haber hecho diligencias, muy denodadas, para que las diferencias entre tú y Perfecto se subsanaran, habidas cuentas de que ambos eran mis amigos, habíamos librado juntos faenas en pro de tomar el Colegio, que hoy todavía está en las manos que decidimos aquella vez, habíamos trabajado juntos en proyectos idealistas y de principios, proyectos sin fines de lucro material, sólo de crecimiento personal y de grupo.


La Mirabal nunca escondió su oposición a la reconciliación y me trataba como intruso perturbador.


Nunca me interesó averiguar el porqué de la enemistad, nunca me dominó el morbo, no era lo importante, mi única preocupación era ayudar a rescatar una amistad que por ninguna razón debía permanecer rota, según mi parecer.


Mis esfuerzos para aquella tarea se desgastaron, cuando ambos me dejaron esperando en Puerta del Sol, donde yo los había convocado para servir de intermediario en una discusión la cual terminaría en un abrazo de reconciliación, según mis planes. Parece que el asunto era grave

Para aquellos momentos sentía frialdad en tu trato hacia mí, pero como siempre he pensado que el tiempo todo lo aclara, al tiempo se lo dejé, y tal parece que mis pruebas de amistad, las pruebas que en la práctica doy cada día del alto concepto que tengo de lo que es ser amigo, borraron en ti las dudas de lo que pudo ser una traición, aparentemente.


El tiempo pasó. Sin mi intervención veo que se dio un acercamiento entre tú y Perfecto, revivió una amistad que nada debió haber roto, no veo el calor de antes, como me hubiera gustado, pero ha resurgido de todos modos, lo que he celebrado sin comentarlo a nadie.


Algo parecido ha ocurrido en estos días, pues a tu mujer sólo le faltó pegarme, cuando en el patio de tu casa sometí de manera pública la incorporación de la voz de Roberto Tineo a la campaña electoral.

Doña Nelly no reparó que yo estaba en su casa, a invitación del dueño de la misma, para increparme de mala manera por aquella asqueante proposición. Cada vez que pasaba por mi lado gruñía entre los dientes, aún en los momentos en que me ofrecía un bocadillo. Me mantuve tranquilo, pues consideraba que no había cometido ninguna infracción, había metido la mano por alguien que tenía una necesidad de trabajo que podía cumplir un papel profesional idóneo.


Cuando los cubanos de Miami y los venezolanos de Carlos Andrés Pérez me cerraron el programa de Ondas del yaque, fui a hacer opinión pública al canal 53, Diario de 3, que capitaneaba Perfecto Martínez y él y sus socios me invitaron a qu4e me quedara como comentarista del programa. Acepté y fue mi primera experiencia en TV.

Luego, gracias a ti y a Tuto Tavárez, quienes me introdujeron con Adalberto de León los fines de semana en la Revista del Cibao, y creo que mi comportamiento, mi personalidad no conflictiva y mi responsabilidad, me permitió permanecer en dicho canal hasta después de tu partida, todavía estoy allí.


Debo confesar que como comunicador me he faltado a mi mismo, porque con frecuencia, y eres testigo de ello, regalo a amigos-colegas a quienes considero de mi misma visión del jmundo, las primicias que me llegan, con tal de que la noticia que domino de primera mano fluya en medios que considero de mayor rating y popularidad que el mío.

No soy un protagonista, no me considero un tipo egoísta, tú sabes que soy simple, Danilo Basilio. Pero sabes que no soy manejable, que repingo con energía cuando alguien trata de aprovechar mi bonachonería para usarme de preservativo. Tú conoces de eso.


Estos días tengo problemas con el servicio de Internet, por eso me he enterado de segunda mano de las cosas que has escrito sobre mí.



Cuando el amigo me llama y me pregunta: Cual es el problema que tienes con Juan?, me extrañé. *Te mandó fuego*, fue la sentencia del amigo, quien a seguidas me leyó lo escrito con tu firma y lo que aparece en la columna de los chismes de tu diario digital.

Te confieso que me sentí mal. No esperaba que precisamente tú usaras un medio para agredirme moralmente y para dibujar a un Danilo Basilio pusilánime y marioneta.



Juan, yo soy muy viejo pa* que me hagan moriqueta. Quien dejó ver el refajo fuiste tú, pues te faltó valor a para identificar a quien tu quieres enfrentar por lo de la entreviste y no te atreves, creí que tenías mas agallas, yo no soy ningún pendejo.

Ahora bien, en aras de la amistad que existió entre nosotros, la cual se ve enturbiada por un momento irracional, veleidoso y pusilánime por el que pasate, me siento en la obligación de hacer algunas presiones:



A) No manejo la coordinación de las entrevistas de Café 55.



B) La entrevista con Esteban Rosario la coordinó quien está para eso, el dueño del canal donde laboro



C) Nunca le he huido a mis responsabilidades por fuertes que sean y estaba en la obligación de hacer mi trabajo, aún en contra de mi voluntad. Soy un hombre responsable.



D) José Enrique Sued es mi candidato a la Alcaldía de Santiago, porque es el candidato del PLD.



E) Lo he asumido así porque es, el partido, un instrumento con el que yo me identifico desde hace mas de 30 años. Cuando yo hacía esfuerzos para que ese instrumento creciera tú me boicoteabas los trabajos en Tamboril con la UPA, lo recuerdas?



F) Tu identificación con el PLD es coyuntural, lo mío es histórico.



G) A lo que tú, con mala leche, para hacerme daño, llamas empatía con Esteban en la entrevista de marras, no era mas que la cualquierización de la misma para volverla cherchosa y quitarle seriedad a las acusaciones que el entrevistado hacía.



H) Tu nombre pudo haber salido relucir en la entrevista pero no lo permití, seguí con la chercha y en el brake comercial edifiqu♪ a Arturo y a Esteban por las alusiones que de manera indirecta se quería hacer de ti, y les hablé de tu sacrificio, desvelos y la deuda que afrontas por tener a tu familia viviendo como la gente, no lo hice en el aire para que tu nombre no reluciera en un momento tan feo.



I) Tengo lo medios a mano para enfrentar tus improperios, pero ese no es mi estilo y menos contigo He preferido solicitar mi derecho a réplica, que con mucha gentileza Juan I. Inoa me ha concedido. Sabes que tengo a quienes acudir para desatar una guerra mediática donde sólo ganarían los malos, pero no soy de esa laya.



J) Tú has cometido un abuso en contra de mi buen nombre, te amparas en tus medios que son propios, pero no te detuviste a pensar que 35 años en un medio tan difícil, haciendo amigos y tratando a los de menor posibilidad como seres humanos te crea una coraza que es mi escudo. Santiago está ahí y estoy seguro que esta vez no creerá en ti, te rechazará como rechaza al Dr. Fadul a quien estás emulando a la perfección en este caso.







K) Lo mas probable es que pases a ser mi primer enemigo en Santiago, dentro y fuera de los medios de comunicación, rompiendo el record que es el orgullo de mis hijos, que por todas las partes que me desplazo en Santiago todo el mundo me saluda y ellos lo gozan. *Todos te quieren*, me dicen



L) Para tu tranquilidad, sabes que no soy un enemigo peligroso, quizás por eso me escogiste en una actitud superficial, pero te voy a advertir, talvez el morbo te domine, una sola nota mas y te suelto los perros, porque el nombre que he forjado hasta hoy, no lo cedo de gratis, no tiene precio, porque tengo dignidad. Nunca me has visto pidiendo para mí ni para alguien a quien yo pueda luego cobrarle el favor.



M) Las posiciones que adopto son mías, no escribo ni hablo por encargo, y a ti te consta. Tú no puedes decir lo mismo porque todas las campañas en que participas ya no tienen un objetivo para la Revolución, la haces de amanuense y aunque no comparto esa forma de trabajo te acpté con tus defectos pero nunca has podido hacerme cómplice de tan detestable accionar.

Yo estoy aquí, lo que piensen los demás de mi, ese es su problema.





Danilo Basilio











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