Una intimidad sobre como llegue a enviar esto:
Por Dante Andrés Michelena
El autor es un intelectual argentino residente en nuestro pias
Hablaba ayer con una amiga sobre como muchas personas por diferentes experiencias suelen inconcientemente ver mas piedras de las que el camino tiene, y llegar incluso a poner aun mas, en pos de no lograr aquello que quieren, tan solo porque los miedos “aprendidos” son mas fuertes que los deseos de alcanzar la meta.
Otra amiga me decía mas tarde y con toda razón que existen dos clases de personas “Las que esperan que las cosas pases, y las que hacen que las cosas pasen” No podría decir a ciencia cierta en cual grupo me encuentro.
Pero esta mañana al conectarme como lo hago cada dia, mi “hermano del alma” me dio sin saberlo,lo que inexorablemente debía ser “el cuento del día” Solo le basto poner como “nickmname” un link, una pista, quizás a sabiendas de que muy probablemente la seguiría, Y es que así son los amigos, no te dicen que debes hacer, te lo insinúan!!! Pues bien esto fue lo que encontré al seguir la pista que me dieron:
La Piedra
El distraído tropezó con ella,
El violento la utilizó como proyectil,
El emprendedor, construyó con ella,
El campesino, cansado, la utilizó de asiento,
Para los niños, fue un juguete,
Drummond la poetizó,
David, mató a Goliat,
Y Michelangelo le sacó la más bella escultura.
En todos estos casos, la diferencia no estuvo en la piedra, sino en el HOMBRE !!!
Puede que yo no sea escultor, puede que tu tampoco seas poeta; Pero bien pudiera ser que la próxima piedra sea en realidad un diamante en bruto. Será cuestión entonces de ver bien el camino. Al fin y al cabo el problema del camino no son las piedras sino el no saber que hacer con ellas. Porque no existe "piedra" en el camino que no se pueda aprovechar para nuestro propio crecimiento.
El violento la utilizó como proyectil,
El emprendedor, construyó con ella,
El campesino, cansado, la utilizó de asiento,
Para los niños, fue un juguete,
Drummond la poetizó,
David, mató a Goliat,
Y Michelangelo le sacó la más bella escultura.
En todos estos casos, la diferencia no estuvo en la piedra, sino en el HOMBRE !!!
Puede que yo no sea escultor, puede que tu tampoco seas poeta; Pero bien pudiera ser que la próxima piedra sea en realidad un diamante en bruto. Será cuestión entonces de ver bien el camino. Al fin y al cabo el problema del camino no son las piedras sino el no saber que hacer con ellas. Porque no existe "piedra" en el camino que no se pueda aprovechar para nuestro propio crecimiento.
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