Autor Tiberio Castellanos |
Sí, dicen algunos, -pero con sólo la oración no se hace nada-. Dice Francisco: -sin la oración se hace menos-.
Este poeta, José Luis Carreño, no pudo conocer a Francisco. No
obstante, nos dejó estos versos que parecen querer intervenir en la
conversación.
... rezar es departir con el Maestro,
es echarse a sus plantas en la yerba,
o entrar en la casita de Betania
para escuchar las charlas de su cena;
rezar es informarle de un fracaso,
decirle que nos duele la cabeza;
rezar es invitarle a nuestra barca
mientras la red largamos a la pesca,
y mullirle una almohada
sobre un banquillo en popa a nuestra vera;
y, si acaso se duerme,
no aflojar el timón mientras El duerma;
y es rezar despertarle, si, de pronto,
la mar se pone fea;
y es rezar ---¡qué rezar!---decir "te quiero"
y lo es---¡no lo iba a ser!---decir "me pesa",
y el "quiero ver" del ciego,
y el "¡límpiame!" angustioso de la lepra,
la lágrima sin verbo de la viuda,
y el "no hay vino" en Caná de Galilea;
y es oración, con la cabeza gacha,
después de un desamor gemir "¡qué pena!"
cualquier sincero suspirar del alma,
cualquier contarle a Dios nuestras tristezas,
cualquier poner en El nuestra confianza ...
---y esta vida está llena de "cualquieras"---.
todo tierno decir a nuestro Padre,
todo es rezar ... ¡y hay gente que no reza!
Un abrazo
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