POR FERNANDO RODRĺGUEZ CÉSPEDES
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Aunque la drasticidad de las leyes no
garantiza la disminución de los crímenes, y su efectividad depende de la responsabilidad
de los jueces en su correcta aplicación, celebramos las modificaciones introducidas
al Código Penal por la Cámara de Diputados y la observación del Poder Ejecutivo
a los artículos relativos al aborto.
El incremento de hasta 40 años de cárcel
por la violencia doméstica criminal hará pensar dos veces a los agresores, y si
de todas maneras cometen homicidio, la ley permite tenerlos más tiempo alejados
de la sociedad lo que de por sí resulta conveniente para una población que ve
alarmada la facilidad con que salen sueltos algunos feminicidas.
El sicariato, tan de moda en estos
tiempos de narcotráfico y crimen organizado, también será duramente penalizado
al igual que el secuestro, el terrorismo y la ocupación ilegal de tierras que
ha llegado a convertirse en un lucrativo negocio público ejercido por
delincuentes, a veces, asociados a políticos y militares inescrupulosos.
El cúmulo de penas, hasta 60 años, es
otro de los aspectos importantes debido a que no debe ser igual la condena a
quien ultime a una persona, que a quien asesine a una pareja. En este caso
pueden aplicarse 30 años por cada víctima, incluso a un condenado por un
crimen, se le puede adicionar otra condena si se le prueba otro homicidio.
La condena entre 10 y 20 años a quien
utilice el denominado "ácido del diablo", o cualquier otra sustancia
de efecto similar, es importante en un país en el que se agreden a mujeres
indefensas hasta por celos y envidia. La secuela de una agresión de este tipo
es tan grave como la muerte misma por los daños físicos y morales que sufren
las víctimas.
Saludamos la iniciativa de los diputados
y con más entusiasmo las observaciones del presidente Danilo Medina en torno a
la prohibición del aborto en el que
prevalece el concepto religioso y dogmático sobre el científico, ignorando
circunstancias como las terapéuticas,
violaciones e incestos y el tráuma y
costo que esto puede representar para las víctimas en un país donde el estado
no le garantiza asistencia a nadie.
Este es un tema muy controversial, y
fácil de debatir desde un púlpito, ignorando lo que representa tener que cargar
sola con un hijo producto de una violación, un incesto o con graves
deformaciones físicas, además, me pregunto: ¿ ante la disyuntiva de salvar a
una madre o a su criatura en formación, madre con esposo y varios hijos a quienes cuidar: por quién se decidiría usted?.
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