Alicia Latorre, presidenta nacional de la
Federación de Asociaciones Provida de España y de Adevida Cuenca, hizo
un insólito pedido: informó sobre una iniciativa que las asociaciones
Provida de España e incluso otras a nivel mundial como la de México
quieren presentar en breve: presionar a la Iglesia Católica porque
reconozcan que la masturbación no es simplemente un pecado de lujuria,
sino una forma de aborto.
“Si se acepta que los anticonceptivos son pro-abortivos debido a que
representan una barrera física o química para que una vida humana llegue
a su concepción, entonces debemos de aceptar que las masturbación es
claramente una forma de aborto también”, dijo, “una vez que la Iglesia
nos apoye, será más fácil hacer presión para que los Estados reconozcan
como crimen la masturbación, porque eso es: un crimen” recalcó.
Cuando se le cuestionó cómo podía decirse que era un aborto sobre
algo que aún no era humano dijo: “Nosotros aceptamos que una mórula o
blástula son humanas, porque tienen alma, por lo tanto de alguna manera
los espermas tienen esa alma en potencia, así que quien se masturba
debería ser considerado un genocida potencial”.
Latorre aclaró que independientemente del “grano fino” de la
discusión “la masturbación es criminal porque inicia al sujeto en un
espiral de perdición: sabemos que de la masturbación es fácil pasar a la
soledad compulsiva, a la actividad criminal, a las violaciones, a la
corrupción, a la drogadicción y finalmente al ateísmo”, finalmente dijo
que si su propuesta tiene éxito “la masturbación será tipificada como
asesinato doloso potencial, el crimen atroz que representa esa
abominación a los ojos de Dios.
De la misma manera la polución nocturna
debería considerarse un asesinato culposo potencial”.
Finalmente aclaró que, de conseguir lo que buscan por vías legales,
para no castigar injustamente a las mujeres, se les concederá un amparo
que las exima de culpa por desechar células reproductivas una vez al
mes.
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