El papa Francisco visitó hoy una favela de Río de
Janeiro, donde dijo que nadie puede permanecer indiferente ante las
desigualdades que existen en el mundo.
Además, pidió a los poderes públicos que trabajen
por un mundo más justo y solidario y exhortó a los jóvenes a no perder
la esperanza.
En una mañana lluviosa y fría y en medio de
fuertes medidas de seguridad, con policía con armas de precisión y
helicópteros sobrevolando, el Papa visitó el complejo de favelas de
Manguinhos, en la zona norte de Río de Janeiro, lugar que hasta finales
del pasado año era controlado por bandas de narcotraficantes y ahora es
una zona recuperada para la ciudad.
"Me gustaría hacer un llamamiento a quienes tienen
más recursos, a los poderes públicos y a todos los hombres de buena
voluntad comprometidos en la justicia social: que no se cansen de
trabajar por un mundo más justo y más solidario.
Nadie puede permanecer
indiferente ante las desigualdades que aún existen en el mundo", afirmó
el papa Bergoglio. EFE
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