Por Dante Andrés Michelena
El autor es un intelectual argentino
Yo quise ser como los hombres quisieron que yo fuese:
un intento de vida;
Pero yo estaba hecha de presentes,
y mis pies planos sobre la tierra promisoria
no resistían caminar hacia atrás,
y seguían adelante, adelante,
burlando las cenizas para alcanzar el beso
de los senderos nuevos.
A cada paso adelantado en mi ruta hacia el frente
rasgaba mis espaldas el aleteo desesperado
de los troncos viejos.
Pero la rama estaba desprendida para siempre,
y a cada nuevo azote la mirada mía
se separaba más y más y más de los lejanos
horizontes aprendidos:
y mi rostro iba tomando la expresión que le venía de adentro,
la expresión definida que asomaba un sentimiento
de liberación íntima;
un sentimiento que surgía
del equilibrio sostenido entre mi vida
y la verdad del beso de los senderos nuevos.
Ya definido mi rumbo en el presente,
me sentí brote de todos los suelos de la tierra,
de los suelos sin historia,
de los suelos sin porvenir,
del suelo siempre suelo sin orillas
de todos los hombres y de todas las épocas.
Y fui toda en mí como fue en mí la vida…
Yo quise ser como los hombres quisieron que yo fuese:
un intento de vida;
un juego al escondite con mi ser.
Pero yo estaba hecha de presentes;
cuando ya los heraldos me anunciaban
en el regio desfile de los troncos viejos,
se me torció el deseo de seguir a los hombres,
y el homenaje se quedó esperándome.
Julia de Burgos
Julia de Burgos (17 de febrero de 1914 - 6 de julio de 1953), nacida en Carolina, Puerto Rico ha sido considerada por muchos como la mejor poeta nacida en Puerto Rico y una de las mejores de toda Latinoamérica. Fue también partidaria de la independencia de Puerto Rico.
Burgos fue criada en una sección pobre de Carolina. Esto, sin embargo, no la privó de desarrollar su amor por la naturaleza y por su país. Fue afortunada al poder asistir a una escuela ya que fue la única entre 13 hermanos y hermanas que cursó estudios secundarios. Se graduó de la Universidad de Puerto Rico con un título en educación a los 19 años de edad. Se convirtió en maestra, pero su amor por la literatura la llevó a escribir poesía.
Entre la gente que tuvo influencia sobre ella se encuentran Luis Llorens Torres, Clara Lair, Rafael Alberti, Alfonsina Storni y Pablo Neruda. Burgos publicó tres libros, los cuales contenían colecciones de poemas. Para sus dos primeros libros viajó por la isla promoviéndose y leyendo sus libros.
Su tercer libro fue publicado póstumamente en 1954. En 1939 Burgos y su esposo viajaron hacia Cuba y luego a Nueva York. Su matrimonio terminó allí y poco tiempo después ella regresó a Cuba.
Luego Burgos regresó a Nueva York por su cuenta y a pesar de contar con muchos admiradores, cayó en una profunda depresión y recurrió al alcohol.
Sumida en su alcoholismo, el 6 de julio de 1953 colapsó sobre una acera neoyorquina y murió de pulmonía en un hospital ubicado en Harlem, Nueva York a la edad de 39 años.
Debido a que nadie reclamó su cuerpo y a que no llevaba ninguna identificación, la ciudad la enterró bajo el nombre de "N N". Algunos de sus amigos fueron capaces de rastrearla y encontrar su tumba. Reclamaron su cuerpo y sus restos fueron enviados a Puerto Rico.
Le dieron un entierro de héroe y se construyó un monumento en el lugar de su entierro, en la ciudad de Carolina. La ciudad de San Juan ha homenajeado su memoria nombrando escuelas y avenidas en su nombre.
Existen también en San Juan la "Casa Protectora Julia de Burgos", la cual protege a mujeres sobrevivientes de violencia doméstica, y el Museo de Artes y Ciencias Julia de Burgos.
Paradójicamente la ciudad de Nueva York (que la vio morir y que la enterró en una tumba sin nombre ) la ha homenajeado también creando un "Centro Latino Julia de Burgos" en Manhattan y un "Centro de Arte Julia de Burgos" en Harlem, cercano al lugar de su muerte. Pero como ella misma profetizo “...el homenaje se quedó esperándome.”
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