Autor Tiberio Castellanos |
Le decía yo a unos amigos que ya conocen mis preferencias
políticas, que aunque no yoy a votar por Hillary Clinton, la considero
una gran mujer. Que me parece admirable que haya conservado su
marido, buenmozo, simpático y mujeriego. Y que ahora es su gran
apoyo en esta larga maratón que son las primarias y luego la campaña
Pienso que mas de un político, con sólo calcular
que debe moverse en casi todos los cincuenta Estados del país, que
no es muy pequeño por cierto, y en algunos de ellos más
de una vez, pierden el entusiasmo por el título.
Bueno, ella no. Y a pesar de que ya no es tan jóven como lucía
hace ocho años cuando gran parte de los que ella tenía como seguros
aliados se les fueron con Obama, ella sigue en su lucha.
Yo, que nuevamente esta vez votaré republicano, voy a sentir
su derrota por lo que ya he dicho. Admiro su ejemplo de esposa inteligente.
Y además, estoy en contra de cierta tendencia. Y sin mucha
explicación pondré un ejemplo.
El pasado domingo, en uno de los espacios en español del
canal 17 entrevistaban una periodista colombiana. Una mujer a todas
luces es muy inteligente y simpática. Pues, dice que vino a Miami hace dieciseis años
huyendo de la situación de su pais. Que tiene un hijo de esa misma edad
que cuando ella vino lo dejó con su mamá. Y otros detalles de
su vida en Colombia y aquí. Me quedé esperando alguna mención al padre
de su hijo. Ninguna. No entiendo muy bien algunas cosas. Dijo
luego la periodista que tiene un novio o marinovio. Pero tampoco dijo nombre.
Yo sigo sin entender muchas cosas. Soy del tiempo de Cecilia Valdez.
Un abrazo.
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