Un Momentito con Miguel
Autor Miguel De Jesús
Locutor y Abogado Dominicano
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Durante nueve
meses me llevó en su vientre, nací 4 meses después del país estrenar un perfume
caro llamado “guerra de Abril (1965)”,
como para la época ella trabajaba en la ciudad de Santo Domingo, hizo más
difícil su estado de gestación.
Decidió viajar a
Mao para darme el privilegio de nacer acunado por la belleza del atardecer más
bello del mundo y así proteger su criatura y ante la irresponsabilidad de mi
padre, asumió con valentía criarme sola.
Lavar y
planchar por paga en casa de los
adinerados de la época, tanto en Mao como en la ciudad de Santiago, conserje
del colegio Juan Pablo Duarte a cambio
de 13 pesos mensuales y una beca para cubrir mis estudios primarios solo son
algunas de las peripecias de esa guerrera.
Desde que una
partera conocida como mama, capturó mi primer suspiro y los oídos de mi madre
escucharon mis gritos, ella hizo brotar de su Alma la magia de un amor especial,
abrió el cielo de las emociones y esperanzas para el fruto de su amor.
En sus manos la
fragancia de sus mimos, de su garganta la voz dulce y tierna cantando para mí y
con su ejemplo de honestidad me daba la cátedra basada en principios y valores,
esas enseñanzas que hoy exhibo como prendas valiosas.
Ayer ella caminaba
de prisa conmigo de mano iluminados por las luces del Alba para llegar temprano a la iglesia y así
escuchar completa la misa del domingo a las 6 de la mañana, pero hoy a sus 81
años sus pasos son torpes y lentos.
Su cabeza cubierta
por hilos de plata, en el rostro arrugas que guardan dos mil dos historias de dolor,
amargura, sacrificios pero sobre todo de mucho amor y solidaridad para quien la
necesitaba para algún servicio.
Sus pupilas me dan
luz desde el centro de los ojos cuya
mirada cansada se pierde en el horizonte esperando verme llegar. Después de
besarme para mitigar mi deseo con fuerza levanta su voz para decirme, Dios te
bendiga mi hijo.
Ahora que está tan
enferma, que a duras penas escucha y que sus fuerzas no mueven con la rapidez
acostumbrada el cuerpo menudo de la
mujer que más amo y admiro en este mundo al iniciar cada día agradezco al
creador su presencia y sus latidos .
Que mi Dios
no ordene a la banda tocar la música del sueño eterno, que por muchos
años me permita reflexionar sus consejos y entre sus verdades defendidas con
vehemencia y sus pleitos propios de su edad ,tener la oportunidad para muchos
domingos como el de ayer día de las madres ,decirle pegadito a sus oídos .”A ti Basilia Rodriguez, gracias por darme
la vida”.
Una foto que dice lo que las palabras no pueden decir, un abrazo mi hermano! Dios te bendiga!!!
ResponderEliminarEl texto me llevó al contexto.....Impresionante! BENDICIONES!
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