El expresidente francés Nicolas Sarkozy, que desde
su derrota en las elecciones de mayo de 2012 ha mantenido una postura
ambigua sobre sus intenciones políticas, ya no oculta sus ganas de
volver a situarse al frente de la jefatura estatal, indicaron hoy los
medios locales.
"La cuestión no es saber si quiero o no quiero
volver. No puedo no volver. No tengo elección. Es una fatalidad. Una
fatalidad", asegura Sarkozy en unas declaraciones recogidas por la
página web del diario "Le Point".
Sus planes, según añade en ese mismo periódico el
exministro de Ecología y líder de la Unión de los Demócratas
Independientes (UDI), Jean-Louis Borloo, están tan claros que ya no
pueden considerarse "una revelación".
Sarkozy, tal y como confiesan quienes le visitan
habitualmente en su despacho parisino, ha dejado también de guardar las
apariencias en sus opiniones sobre sus antiguos colaboradores, y "nunca
ha sido tan cruel en sus invectivas".
Así, recibe el calificativo de "traidor" el
exprimer ministro François Fillon, que en octubre dijo considerarse "en
competición de facto" con Sarkozy de cara a una eventual candidatura de
ambos en las presidenciales de 2017, y el número dos de la conservadora
UMP, Laurent Wauquiez es criticado por su supuesta ingratitud.
Las intenciones de Sarkozy se ven respaldadas por
una última encuesta difundida hoy por "Le Figaro Magazine", según la
cual el 46 % de los preguntados prefieren verle a él en el Elíseo,
frente al 27 % que defienden al actual jefe del Estado, François
Hollande.
El sondeo, realizado por el instituto demoscópico
Ifop, añade que el 27 % se dice partidario de Sarkozy como candidato de
la UMP para las presidenciales, frente al 17 % que se decanta por el
exministro de Exteriores, Alain Juppé, o al 10 % que apuesta por Fillon.
EFE
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