ESCRITO POR FERNANDO RODRÍGUEZ CÉSPEDES |
Nelson Mandela, Mahatma Gandhi y Martin
Luther King, para solo citar tres personajes paradigmáticos de diferentes
continentes, contrarían la creencia anticientífica de la existencia de razas
inferiores, creencia que dio pie al holocausto de la Alemania nazi entre otras barbaridades
mundiales.
La vida y obra de estos tres colosos de
la humanidad constituyen la mayor prueba de que, independientemente, de las
razas, existen hombres y mujeres superiores que con sus ejemplos de vida se
convierten en paradigmas. Al hablar del género femenino, tengo que recordar a
la madre Teresa de Calcuta.
No obstante, a la contundencia de esta
realidad, en nuestro país todavía hay personas que discriminan a los demás por el
color de su piel olvidando aquella famosa frase de Juan Antonio Alix : "los
dominicanos tenemos el negro detrás de la oreja", refiriéndose a quienes
se ufanan de su pretendida pureza
racial.
Este es un país de inmigrantes,
mayoritariamente negros, porque los colonizadores españoles exterminaron la raza aborigen, con la explotación
a que fue sometida mediante el trabajo forzoso, que buscaba, a toda costa, el
saqueo de nuestras minas de oro.
Ante la despoblación, se vieron
precisados a importar esclavos de África para continuar las labores de explotación
minera y luego el cultivo de la caña de azúcar
que se estableció de manera definitiva en nuestro territorio, dependiendo al
día de hoy, de la mano de obra haitiana.
Estas reflexiones vienen a mi mente en ocasión
de la desaparición física de Nelson Mandela, uno de los hombres más grande y
noble de la humanidad que, aunque vivió
y murió en Sudáfrica, su ejemplo sirve de inspiración a quienes creemos en la
justicia y en la igualdad de todos los seres humanos.
Y, además, por la incómoda situación
creada al país con la desafortunada
sentencia 168-13 del Tribunal Constitucional que, tal como concluyera la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, discrimina y despoja retrospectivamente
de su nacionalidad a miles de dominicanos negros de ascendencia haitiana.
Porque
aunque no le guste a muchos, esos son tan dominicanos como tú y como yo,
y aunque estamos de acuerdo con que se
regularice y controle la presencia masiva de inmigrantes haitianos, y de
cualquier otra nacionalidad en el país, debe hacerse con sentido humanitario,
sin arbitrariedades ni injusticias.
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