Familiares del malogrado héroe nacional, Manolo
Tavárez Justo entregando al procurador
general, Francisco Domínguez Brito, una formal querella
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La decisión de los hijos del héroe
nacional Manolo Tavárez Justo y varias fundaciones patrióticas de someter a la
justicia a los responsables del asesinato
de su padre, junto a 14 de sus compañeros de guerrilla, luego de su rendición,
acogiéndose a las garantías ofrecidas por el triunviro Manuel Tavárez
Espaillat, constituye un buen precedente.
Lo mejor de esta iniciativa, cuestionada
por algunos por considerarla extemporánea, es que puede motivar, dependiendo de
sus resultados, una serie de acciones
similares en contra de personeros del trujillato y del balaguerato que por 22 años apoyó, encubrió
y premió a los verdugos de la tiranía muchos de los cuales se pavonean, aún,
por nuestras calles.
Uno de los mayores problemas de nuestro país,
es la impunidad con que han actuado y siguen actuando quienes desde el poder se
convierten en señores de horca y cuchillo, disponiendo de la vida de opositores
o saqueando alegremente los fondos del Estado con la certeza de que aquí no hay
justicia para ellos mientras se ejecuta a mansalva a cualquier raterito
intrascendente.
Muchos crímenes y robos impunes datan de
la tiranía trujillista, de los horrendos
12 años de Joaquín Balaguer y los
gobiernos posteriores. Es justo que se
inicie una cruzada para pedir cuenta a todos sus responsables, muchos de ellos
identificados, quienes disfrutan descaradamente de sus bonanzas mal habidas mientras las autoridades
judiciales se mantienen indiferentes.
Es el mejor tributo que podemos rendir a
los héroes y mártires caídos luchando
por una patria mejor. Y si por extemporalidad, mecanismos legales o
encubrimiento del Estado, no se pueden condenar los responsables de tantos
agravios al país, por lo menos las presentes y futuras generaciones conocerán
los nombres de sus verdugos lo que representa, por lo menos, un castigo moral.
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