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lunes, 9 de diciembre de 2013

Ezekiel 4:9


Escrito por Tiberio Castellanos
Por recomendación de mi amiga Elena compraba de vez en cuando ese pan llamado Ezekiel 4:9. Lo encontraba en Miami Beach cuando iba allí a ver a mi amigo Luis Labera.

       Lo encontraba en un supermarket de Alton Road llamado Crazy Oats, que ahora pasó a la cadena All Foods.
 
Hace tiempo que no encuentro ese pan. Ciertamente, lo comí varias veces. Y me gustó su sabor y contextura. Pero, como alguien podría imaginarse, dado su nombre, no es, precisamente, nada prodigioso.
 
      Ahora encuentro, en Publix, un "cereal" algo caro, también Ezekiel 4:9. Me parece que podría ser muy nutritivo, pues, la cubierta dice que tiene, como descrito en La Escritura: "Trigo y cebada, alubias y lentejas, mijo y escanda..." Lo estoy usando en mi desayuno, desde hace varios días. Y me gusta. Es "crunchy" y contiene también almendra, mi "nut' favorita. No se si lo seguiré comprando. Lo encuentro caro, para mi presupuesto. Pero esta vez, ese producto Ezekiel 4:9 me ha llevado a revisar algo más de lo que se dice en ese capítulo del libro del profeta.
 
       No, no voy a escribir aquí todo el capítulo, que es largo y también muy interesante. Sólo quiero destacar dos recomendaciones que todavía hoy, según mi parecer, son convenientes: "Comerás tasado tu alimento: una ración diaria de ocho onzas, a una hora fija la comerás".
 
        Mi papá era muy exigente con las horas de comida en la casa. Almuerzo a las 12 (mediodía) y cena a las 6 de la tarde. Lo del desayuno era siempre menos puntual, ya que no todos nos levantábamos a la misma hora. Casi un siglo después, yo, que no trabajo y me preparo mis alimentos, sigo ese mismo horario. 
Agregando también, con puntualidad, el desyuno, a las siete, luego de la caminata. Y, por supuesto, trato de nunca olvidarme de aquel sabio consejo: "Comerás tasado tu alimento". 
 
        Está claro que no todos pueden seguir esta disciplina. Ciertos modos de ganarse la vida, no permiten rígidos horarios. Pero, los que ya no trabajan, como es mi caso, sí, pueden hacerlo. Y yo aseguro que esta disciplina es muy conveniente.
Un abrazo.
   

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