El 4 de julio tiene una liturgia muy marcada en
EE.UU.: patrióticos desfiles matutinos, barbacoa con la familia a media
tarde, velada a la luz de los fuegos artificiales al anochecer y, al
cierre de la jornada, mucha fiesta en todos los pueblos y ciudades, para
celebrar así el aniversario de la nación.
Hoy hace 237 años que la Declaración de
Independencia respecto a Gran Bretaña, escrita por Thomas Jefferson y
otros cuatro delegados, fue adoptada por el Congreso Continental de las
entonces trece colonias británicas, rompiendo definitivamente los lazos
políticos que las mantenían unidas a la potencia europea.
"Este es un día para celebrar la independencia, la
independencia del país y de todos sus ciudadanos.
Por eso he venido con
mi familia hasta la capital para vivir este día como Dios manda",
indicó a Efe Brad Rutterford, un vecino de Virginia Occidental que se
desplazó a Washington, DC. con motivo de la fiesta nacional.
La historia impregna una jornada, ante todo,
festiva para los estadounidenses, que aprovechan cada año el aniversario
de su nación para juntarse con amigos y familiares, con quienes comen,
beben y bailan hasta altas horas de la madrugada.
Sin embargo, varias horas antes hay que cumplir
con la tradición y acudir a alguno de los cientos de desfiles que se
celebran tanto en las ciudades más grandes como en los pueblos más
humildes.
A primera hora de la mañana, centenares de
personas se han reunido en Washington ante el edificio de los archivos
nacionales -que alberga la copia original de la Declaración de
Independencia-, donde, después de que una banda militar interpretara el
himno nacional, actores disfrazados de los presidentes G. Washington,
John Adams y Thomas Jefferson han leído extractos del texto fundacional
de EE.UU.
"Estas colonias unidas son, y tienen el derecho de
serlo, estados libres e independientes; por lo que quedan absueltas de
la lealtad a la Corona británica y de toda conexión política entre ellas
y el estado de Gran Bretaña", leyó con vehemencia el actor que
interpretaba a John Adams, segundo presidente de EE.UU., despertando los
aplausos y vítores de la audiencia.
Más allá de la capital, la festividad se vive
intensamente de costa a costa y, en Nueva York, por ejemplo, han
aprovechado el fervor patriótico de un día como hoy para reabrir al
público las puertas de la Estatua de la Libertad, cerrada por los
destrozos del huracán "Sandy".
"Lady Liberty" llega, por tanto, justo a tiempo
para presenciar los fuegos artificiales de esta noche en la Gran
Manzana, unos de los más espectaculares del país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinion nos ayuda a crecer