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lunes, 6 de agosto de 2012

COMER ES UN PLACER, GENIAL, SENSUAL

Autor Tiberio Castellanos
Por supuesto, te habrás dado cuenta que el título de esta descarga es un verso de una vieja canción que elogiaba el placer de otro vicio. Pero sí, comer es un placer.
 
 Un doble placer cuando se come en agradable compañía. Y para mi es también placentero el momento al final de la comida cuando aprecio que he logrado, y esto siempre con algun esfuerzo, sólo comer lo necesario, lo justo.
 
 Cuando, embullado con la compañía, el vino y los sabores, ocurre lo contrario, lo que siento no es placer si no remordimiento. Sí, un íntimo y amargo remordimento. 
 
Muy semejante diría yo al arrepentimiento por algún pecado. No me pregunte si grave o venial. Pero recuerde que la gula es, todavía, un pecado capital.
 
Pero... el propósito de esta descarga, según lo planeado, era pedir perdón. O mejor dicho, pedir unos perdones a las muchas personas a quienes he llamado gordos o mejor dicho gordas, pues casi todas son mujeres.
 
 Y que deben haberse sentido molestas conmigo, aunque no lo han manifestado con tanto furor como mi mujer, Ari. Quien se ha quejado con mi hija Rebeca, a quien he respondido: mi hija,es que  no he podido evitarlo.
 
Sí, ese era el propósito principal de esta descarga. Gestionar esa disculpa, por entrometerme en la vida privada de los gordos. Pero, a pesar de esto, mi condición de veterano del buen vivir me hace casi obligatorio comunicarles mis últimos "descubrimientos" de dietética. De los aeróbicos hablaremos otro día. 
Bueno, mi gran descubrimiento es la cena ligera, muy ligera. No sólo como recurso para bajar de peso, si no también para conseguir un sueño plácido y un más ligero despertar. 
 
Este recurso ya mencionado como positivo desde los tiempos medievales, ha llegado a mi conocimento, o mejor dicho, a mi convencimiento, no hace mucho tiempo. Primero, comencé reduciendo la cantidad de los alimentos, comparando éstos de la cena con lo comido al mediodía.
 
 Era, ciertamente un paso de avance. La cena era de menos peso que el almuerzo. Pero, no era verdaderamente una cena ligera. Ahora, no se trata de menos cantidad de alimentos, si no de alimentos de más ligera digestión.
 
 Ahora estoy probando con una cena exclusivamente vegetariana. Nada de carnes, pescado, huevos ni quesos, alimentos propios del almuerzo. Ayer he cenado con berro, un poquito de brócoli y cebolla roja picadida y cruda. Aderezo de sal, vinagre y aceite de oliva. 
 
Y, como siempre queda en el plato su poquito de aceite. Pues tomo un pedazo de plátano y lo obligo con el tenedor a limpiar el plato. Esto último puede todavía hacerse mejor con un pedazo de pan.
 
Claro, que pueden hacerse numerosas otras combinaciones, para una cena ligera.
Un abrazo.

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