Autror Fernando RodriguezRodríguez CespedesCéspedes
Una botella de vino, champanachampaña o wiskywhisky de las que suelen degustar nuestros empresarios, funcionarios ,funcionarios, políticos y ¨hombres de negocios¨ en los rerstaurantesrestaurantes del país, cuesta masmás de lo que percibe, como salario mensual, cualquier miembro de la clase trabajadora .trabajadora.
Esa situación, debiera avergonzarnos sobre todo por ser una país cuyas autoridades se ufanan de un crecimiento económico que se manifiesta solo en el dispendio, exhibición y boato con que vive la mayoría de nuestros ricos, políticos ser un país cuyas autoridades se ufanan de un crecimiento económico que se manifiesta solo en el dispendio, exhibición y boato con que vive la mayoría de nuestros ricos, políticos y funcionarios públicos.
La inequidad en la distribución de nuestras riquezas, ha alcanzado niveles de injusticias que todos debiéramos estar preocupados por las consecuencias que pudieran derivarse a nivel social de esta situación que los de arriba simulan ignorar por conveniencia.
¨Cambien algo, para que todo siga igual¨, decía un amigo del sistema consciente de que la tuerca no se debe apretar tanto hasta que se corra¨y de que lo mucho ,hastamucho, hasta Dios lo ve¨, como expresaba en sus tertulias sociales con una buena copa de cocnaccocan en su diestra.
El pírrico aumento salarial impuesto por los patrones con la complicidad de la mayoría de los miembros del Comité Nacional de Salarios, ya fue devorado por una inflación que cual piranapiraña insaciable nada a sus anchas en el mar de la indiferencia e insensibilidad oficial.
Dejar a la bondad y criterio particular de cada empresario si aumenta o no a sus servidores que estén por encima del salario minimomínimo, es una burla masmás a las claeseclase trabajadoras, porque no es ni será la vocación de justicia la hacedora de grandes capitales ni aquí ni en ninguna parte.
El estado, como garante de la paz y la justicia social, debiera ser el primero enromperen romper con los injustos criterios salariales que les permiten a los funcionarios asignarse los aumentos y sueldos que les venga en ganas rompiendo todos los esquemas de proporcionalidad existentes.
NingunNingún gobierno que se respete, debiera permitir que mientras sus ministros y directores generales, otros funcionarios de entidades descentralizadas ganan por sobre el millón de pesos mensuales, exista una extensa lista de empleados que no llegan a 5 mil pesos al mes.
Que conste, que no me refiero a los zanganoszánganos y activistas que cobran sin trabajar, me refiero a servidores que cumplen diadía a diadía con sus horarios de trabajo y labores durante todo un mes para al fuinalfinal encontrarse que gran parte de su salario se les ha ido en transporte.
Entre estos servidores se destacan los guardias, policías ,marinospolicías, marinos y otros miembros de los organismos armados del país que cumplen con grandes responsabilidades a expensa ,expensa, a vecesdeveces de su integridad física y hasta de sus vidas en el peor de los casos.
Creo que el Estado debiera adoptar la escala mayor del salario minimomínimo que existe en el sector privado como referencia para los humildes servidores del sector publico dando asiasí un primer paso hacia el establecimiento de una política general de salarios no excluyente.
Al mismo tiempo, deben establecerse mecanismos de control de precios para que la especulación no se trague los posibles aumentos saslarialessalariales, desde que se empieza a tratar el tema como sucede ante la mirada indiferente de los organismos de control.
Por ultimoúltimo, considero que los planicadoresplaticadores y economistas del régimen, debieran estudiar el establecimiento de una ley de proporcionalidad salarial donde, ningún funcionario por importante que se crea, gane masmás que el Presidente o el equivalente a 200 salarios minimosmínimos.
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