Autor Lincoln López
La nación dominicana dedica el día 30 de junio a aquella persona coprotagonista del proceso educativo: al maestro.
(*) “Con el alma en una nube
y el cuerpo como un lamento
viene el problema del pueblo
viene el maestro.
Es cierto, los maestros no pueden vivir con lo que ganan; pero no pueden instruir bien los que no tienen ganas o anhelos o vocaciones o pasiones de ser maestros.
“El cura cree que es ateo
y el alcalde comunista
y el cabo jefe de puesto
piensa que es un anarquista.
Los maestros, los preceptores, los guías y orientadores han sido voceros de la verdad y críticos de la sociedad.
“Le deben 36 meses
del cacareado aumento
y él piensa que no es tan malo
enseñar toreando un sueldo.
Siete mil ochocientos ganan por tanda. A doscientos la gasolina. La modalidad técnica me lleva a diez mil. Eso lo consume temprano la comida, la casa y familia y el peso no me alcanza para más.
“En el casino del pueblo
nunca le dieron asiento
por no andar politiqueando
ni ser portavoz del cuento.
Los contenidos resumidos, disminuidos, empobrecidos. Entre dictados y trabajos mal investigados como periquitos suenan. Sonidos mal leídos, y, peor aún, incomprensivos. Arrumbada queda la tarea de enseñar a pensar.
“Las buenas gentes del pueblo
han escrito al ministerio
y dicen que no está claro
como piensa este maestro.
Unos tienen tres tandas, otros loterías, o comercializan cualquier cosa y pasa a ser un suplidor económico mínimo a tiempo completo y un pedagogo objetado a tiempo completo.
“Dicen que lee con los niños
lo que escribió un tal Machado
que anduvo por estos lados
antes de ser exilado.
Ha asimilado la protesta como un juego que se danza por las calles, dando palmadas, y un poco de palabras rimadas, mezcla de verdad y fiesta, más de adolescentes que de adultos.
“Les habla de lo innombrable
y de otras cosas peores
les lee libros de versos
y no les pone orejones.
Lo simple relevó a la sencillez y de un salto algunos pasan a lo soez. Ausencias de tácticas y de estrategias prácticas, en cambio, plagados están los reportes mal plagiados.
“Por estas y otras razones
al fin triunfó el buen criterio
y al terminar el invierno
lo relevaron del puesto.
Dejó la vida en un aula donde fue un poco de todo y nada completo. Profesor, orientador, teatrista y hasta militarista. Con suerte estarás entre los siete mil que alcanzarán jubilación cerca “de veinte mil”.
“Y ahora las buenas gentes
tienen tranquilos el sueño
porque han librado a sus hijos
del peligro de un maestro.
El maestro será un peligro por donde quiera que se le escrute. Cuando es un ente capacitado, competente y responsable constituye un peligro para el oscurantismo. Cuando es inepto, incompetente, estéril e inservible, corre peligro la sociedad seriamente
afectada, la cual será disuelta en sus factores de identidad: ideas, costumbres, cultura, arte, historia y patria.
“Con el alma en una nube
y el cuerpo como un lamento
se marcha, se marcha el padre del pueblo,
se marcha, el maestro”.
(*) Canción “El Maestro”.
Cantautor Paxti Andión (Madrid,1947).
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