Nueva York, (EFE).- Raphael Martos retornó a Nueva York para celebrar sus 50 años en la música junto a sus fiel público, que toda la noche cantó con él artista, le arrojó flores al escenario y ovacionó con furor, ante el gran espectáculo que presentó esta noche en el teatro del Madison Square Garden.
Raphael abrió el equipaje de temas que ha convertido en éxitos a lo largo de las cinco décadas en los escenarios, para interpretarlos con la misma intensidad, entrega y pasión que lo convirtieron en un ídolo, así como otros que forman parte de su nuevo disco "Raphael, 50 años después" con el que conmemora cinco décadas en la música.
El intérprete comenzó con puntualidad su concierto y tras "Cantares", del nuevo álbum, y "Somos", de sus viejos temas, saludó al público neoyorquino y recordó que su relación con esa instalación era de muchos años ya que la primera vez que se presentó en Nueva York fue en la sala grande de espectáculos del Madison y hoy, por tercera ocasión cantaba en el teatro.
"Quiero saludar a mi fiel público" dijo y agregó que "habrá otros artistas con más público, pero no más fiel que el mío", recibiendo un fuerte aplauso por respuesta para de inmediato comenzar con "Mi gran noche", uno de sus viejos éxitos.
Tanto hombres como mujeres -testigos de su larga carrera- así como jóvenes aplaudieron a rabiar y ovacionaron de pie en varias ocasiones a Raphael tras interpretar temas como "La fuerza del amor", "Adoro", "Provocación y "Escándalo" en el cual hasta se aventuró a "rapear".
El carisma del artista, la forma en que dramatiza sus canciones, su fuerza interpretativa y su gran voz -que no ha perdido- convirtieron al "Niño de Linares" en un ídolo, que 50 años después sigue recibiendo el mismo cariño, admiración y respeto de su público, que no perdió ocasión para gritar su nombre, como se hace con un viejo amigo, responderle con ¡bravo! y cantar con él cada tema.
Las más atrevidas fueron más allá para gritar "ay papacito", "¡te quiero! y "¡qué lindo".
"Somos", "Cuando tú no estás", "Hablemos del amor", "Que tal te va sin mi", "Como yo te amo", "Desde aquél día", "Cierro mis ojos" y "Qué sabe nadie" formaron parte del repertorio, y muchos de los temas estuvieron acompañados por imágenes en que interpretaba la misma canción en la época en que la hizo famosa, todo acoplado con gran perfección.
También incluyó homenaje a las fenecidas Rocío Dúrcal y Rocío Jurado con los temas "Como han pasado los años" y "Como yo te amo", cuyas imágenes se proyectaron en las pantallas y con las que, gracias a la tecnología, cantó a dúo.
Un momento emotivo fue cuando dijo interpretaría una canción "muy especial" que se ha metido en su corazón en los últimos seis años -cuando sufrió el trasplante de hígado- y de inmediato comenzó con "Gracias a la vida".
Pero, fue interrumpido por una ovación tan fuerte con el público de pie que emocionó al artista, que cabizbajo, colocó la mano sobre su corazón en agradecimiento, para luego continuar con su impecable interpretación.
El cantante español, que bailó e hizo que el público también bailara al ritmo de algunos temas, terminó con "Yo soy aquél", después de haber interpretado 40 canciones en cerca de tres horas y ante la negativa del público a irse, salió a saludarles nuevamente, se abrió la camisa, tocó su corazón y se los "arrojó".
El legendario cantante estuvo acompañado por una extraordinaria orquesta de nueve músicos con un sonido impecable bajo la dirección del pianista Juan Esteban Cachi.
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