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lunes, 3 de marzo de 2014

Reconocimiento y "exageraciones"

 
Autor Tiberio Castellanos

Yo dije esa noche, que en circunstancias como esas se perdonaban las exageraciones, y que algunas de las historias eran inventadas.

       Por supuesto, yo tenía que decir algo así. Fueron muchos, siete, ocho, no recuerdo, los que dijeron de mí cosas muy agradables de oirlas, y yo estaba muy cerca del micrófono por el que hablaban.
       Sucede que en Miami (en este caso Ciudad o Condado da lo mismo) somos pocos los dominicanos. Y de esos pocos, somos menos los que habitualmente nos reunimos en actividades culturales. Siendo así, no es extraño que el tiempo y los abrazos vayan formando, en muchos de nosotros una cierta hermandad, que en muchos casos salta triunfalmente  sobre los partidarismos políticos, aún en tiempos de las safras electorales en Dominicana.
       Amada Vargas me había encomendado decir unas palabras sobre Roberto Guzmán a quien se ofrecería un reconocimiento con sancocho, en un restaurante de Solangel Santana. Roberto está de moda en estos días con esto del Diccionario del Español Dominicano, gran obra, en cuyo ensamblaje él ha sido importante colaborador y que se presentará aquí el 20 de Marzo en la prestigiosa Casa Bacardi de la Unversidad de Miami.
       Así que yo commencé a organizar algunas palabras e ideas sobre vida y aventuras de Roberto. Sus aventuras con el español las conocía ya, pero ahora me entero que Roberto ha sido traductor e intérprete por 18 años y pico, en el Jackson Hospital, en cinco lenguas: Inglés, Español, Frances, Portuguez, y Creol. También puede leer en Italiano.
       De modo que Roberto es linguista.
Llegado aquí, y como la mente de los viejos es vagarosa, se me fue en ese momento a los dias de mi regreso a Santo Domingo desde La Habana, cuando commencé a hacer un programita en una pequeña emisora que antes habia sido de Don Paco Escribano. Allí, buscando un disco, me encontre numerosos LP que tenían esta inscripción: "locutor, no te lleves los discos, tu canoces mi lengua".
       Sí, como ahora se acostumbran los chistes al inicio de las charlas, yo tenía pensado éste.
       Pero, no. Apenas commencé mi discurso sobre Roberto, éste me quitó el micrófono y comenzó a hablar de mi.
       Así que esta es la historia. Ah, también me entregaron una placa muy bonita.
Un abrazo.

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