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viernes, 28 de marzo de 2014

La Unesco satisfecha de la participación caribeña en el simulacro de tsunami

La Unesco mostró hoy su satisfacción por el récord de participación en el ensayo de alerta de tsunami desarrollado el pasado día 26, en el que intervinieron 230.000 personas de 31 territorios del Caribe y regiones adyacentes.


Esta participación "sin precedentes" respecto a ejercicios similares efectuados en 2011 y 2013 "muestra la implicación de los países concernidos" y la toma de conciencia respecto a la amenaza que representan los tsunamis en la zona, destacó la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en un comunicado.

Este ensayo, bautizado como "Caribe Wave/Lantex 2014" y organizado bajo los auspicios de la Comisión Oceanográfica Intergubernamental (COI) de la Unesco, registró un aumento del 75 % en el número de personas participantes respecto a 2011 y de más del 300 % frente a 2013.

En esta ocasión, explicó la institución, se movilizaron oficiales de enlace nacionales, organismos internacionales, nacionales y locales de gestión de catástrofes, universidades, empresas, centros de salud, medios informativos y particulares.

La directora general de la Unesco, Irina Bokova, resaltó "la madurez" alcanzada por este sistema de alerta contra tsunamis que se practica en la región desde 2005 y consideró los resultados de 2014 "muy alentadores" para limitar las consecuencias de eventuales fenómenos de este tipo y salvar vidas.

Para ello, aseguró, "la cooperación entre los Estados y las diferentes instituciones implicadas es determinante", así como la preparación de las poblaciones.

La Unesco señaló que los mensajes de alerta se enviaron por satélite, internet y fax desde el Centro de Alerta contra tsunamis del Pacífico, el Centro Nacional de Alerta contra tsunamis de Estados Unidos, la Red Sísmica de Puerto Rico y el Instituto Portugués del Mar y la Atmósfera.

Un ejercicio consistió en simular la reacción ante un tsunami provocado por un terremoto de magnitud 8,5 en la escala de Richter desencadenado a 270 kilómetros al suroeste de Portugal, similar al seísmo y tsunami vividos en esa zona el 1 de noviembre de 1755, cuando Lisboa quedó prácticamente arrasada y resultaron afectadas las costas de Portugal, España, norte de África y el Caribe.

También se utilizó otro escenario, que consistió en un tsunami ficticio generado por un temblor de magnitud 6,6 en Richter que habría causado un deslizamiento de tierras submarino en el golfo de México.
El objetivo del dispositivo era probar la capacidad de reacción de los países ribereños del Caribe ante un tsunami de origen remoto.

La Unesco recordó que la experiencia de anteriores catástrofes demuestra que la rapidez de transmisión de los mensajes de alerta "es un factor clave a la hora de limitar los daños causados por un tsunami".

Indicó que la eficacia de la respuesta se basa "en la capacidad de las poblaciones costeras de buscar refugio en los primeros minutos que siguen al anuncio".

La Unesco precisó que el sistema de alerta rápida contra tsunamis y otros riesgos costeros para el mar Caribe y sus regiones adyacentes (CARIBE EWS) se creó en 2005, a imagen de los existentes en el Pacífico, el Índico y el Atlántico Norte.

En los últimos cinco siglos el Caribe ha padecido 75 tsunamis, casi el 10 % de los tsunamis oceánicos registrados en el mundo en ese periodo, puntualizó la Unesco.

Desde mediados del siglo XIX estos fenómenos han causado más de 3.500 víctimas en la región, según datos de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos. EFE

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