Desde hace 37 años, durante esos días, se activa la
"ciclovía": un circuito de calles y avenidas de 121 Km de extensión
que por algunas horas no permite el paso de automóviles y otros vehículos
motorizados, para disfrute de peatones, corredores, patinadores y, sobre todo,
ciclistas.
La experiencia ha sido replicada en varias partes del mundo
–desde Nueva Zelanda hasta Canadá- pero ninguna ciudad puede presumir del éxito
de la capital colombiana.
En promedio, la actividad moviliza a 1,1 millón de bogotanos en
cada jornada.
"Pero hemos tenido jornadas de hasta 2 millones, en época
de vacaciones, en época de verano", le dijo a BBC Mundo el director del
Programa Ciclovía, Mauricio Ramos.
Y, según el funcionario de la alcaldía, la "Ciclovía
nocturna" -que se celebra una vez al año, los segundo jueves de diciembre-
ha llegado a convocar hasta cuatro millones de personas.
Es decir, a más de la mitad de los 7,5 millones de habitantes
que actualmente tiene Bogotá.
¿Sólo en fin de semana?
La capital colombiana también tiene 344 km de
"ciclorutas", es decir, de vías permanentes para el uso exclusivo de
bicicletas.
"Es la red de ciclorutas más grande que tiene América
Latina", afirma Ramos.
Y, por ley, toda nueva calle o avenida que se construye en la
capital colombiana debe ir acompañada de su carril para ciclistas.
Lo que también explica por qué Bogotá es considerada por muchos
la mejor ciudad de América Latina para andar en bicicleta, y una de las mejores
a nivel mundial.
Sin embargo, hay un problema.
El promedio diario de usuarios de los carriles para bicicletas
es de apenas 198.000 ciclistas. Menos del 2% de la gente que utiliza la
Ciclovía.
"Si el trabajo me quedara más cerca usaría la bicicleta
todos los días", le dijo a BBC Mundo María Fernanda Sierra, quien
reconoció que para ella el ciclismo es sobre todo una actividad de fin de
semana.
"Creo que la gente usa más la bicicleta para hacer deporte,
todavía no se ha creado una cultura de usar la bicicleta diariamente",
explicó la joven de 24 años durante una pausa en su recorrido por la Ciclovía.
Tabúes y problemas
Para Ramos, otro problema importante es la percepción de
inseguridad.
"Es una realidad y una percepción. La gente no utiliza la
bicicleta porque creen que se la van a robar", le dijo a BBC Mundo.
"Es una realidad y una percepción. La
gente no utiliza la bicicleta porque creen que se la van a robar"
Manuel Ramos, director
del programa de ciclovías.
Los domingos el riesgo es minimizado por la presencia de más de
1.000 voluntarios, 350 policías y, sobre todo, de 250 "Guardianes de la
Ciclovía".
Estos son jóvenes universitarios, entrenados en primeros auxilios,
que patrullan constantemente la ruta para asistir a los ciclistas.
Pero si bien las ciclorutas también cuentan con
"guardianes", estos son nada más 20 y trabajan medio tiempo.
Ramos cree que también hay que combatir varios tabúes.
Uno de ellos es que se llega más rápido en auto que en
bicicleta, cuando en una ciudad tan congestionada como Bogotá a menudo sucede
todo lo contrario.
"También hay un tabú grande que es que la gente piensa que
la bicicleta (como medio de transporte) es para los estratos bajos",
explicó el funcionario de la Alcaldía.
Mientras, el concejal Carlos Orlando Ferreira, destaca problemas
en el ordenamiento territorial de Bogotá y en el propio trazado de las
ciclorutas.
"Bogotá es una ciudad en la que los estratos pobres están
muy lejos de los lugares de trabajo. Los trabajadores tienen que recorrer
muchos kilómetros, y por eso no se hacen usuarios cotidianos", le dijo a
BBC Mundo.
"Y cuando las ciclorutas fueron planeadas se dejaron en
algunos lados discontinuidades, entonces a veces uno no sabe por dónde
seguir", explicó.
Problema al que también que sumar la constante invasión de
vendedores y peatones, que obstruyen a los ciclistas, especialmente en las
zonas más céntricas de la ciudad.
Contra los autos
Por último, también está la relación con los vehículos
motorizados.
La agresividad de los conductores tiende a espantar a algunos
ciclistas.
Y el transporte público no está habilitado para permitir viajar
con la bicicleta en caso de lluvia, accidente o simple cansancio.
Por eso el concejal Ferreira ha estado impulsando la instalación
de un sistema público de alquiler de bicicletas, como los que ya existen en
ciudades como Londres y París.
Y, en un momento en el que Colombia está rompiendo
constantemente sus récords en materia de número de automóviles comprados,
Ferreira también cree que la capital colombiana tiene que trabajar para
desincentivar el uso de autos.
"Bogotá tiene que tender a eso. A que haya un costo para el
que tiene un vehículo particular. Pero sólo y si cuando tengamos un buen
transporte público, un mejor Transmilenio y ojalá también el Metro", le
dijo a BBC Mundo.
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