Autor Tiberio Castellanos
Desde Miami
|
Amy Winewhouse, era hasta anteayer, una hermosa y joven cantante inglesa, de voz dulce y melodiosa y de muy particular estilo interpretativo. De apenas 27 años. Apareció muerta en su casa (dicen que llevaba varias horas muerta cuando descubrieron su cadáver). Todavía no han dicho exactamente de que murió.
Pero si dicen que era adicta al alcohol y a las drogas. Y que, no quiso o no pudo, ingresar a un centro de rehabilitación. Un final muy triste para una corta vida rumbosa y espectacular.
Algunos medios, han traído, a la par que la noticia de la muerte de esta cantante de 27 años, y como queriendo decir que tuvieron el mismo estilo de vida que ella tuvo, una relación de muchos otros artistas que murieron también muy jóvenes.
La lista era larga y copiarla aquí, haría demasiado larga esta descarga.
Entre esos artistas mencionaban a Elvis Presley, muerto a los 42. También muy joven, digo yo, pero ya un poco después de los 27 años. Que algo es algo.
|
Y hablando de estilos de vida y de edades, tengo dos ya muy conocidas noticias: el gran tenor Plácido Domingo, que ha cumplido sus 69 años, anuncia que ahora inicia una nueva carrera como cantante. Sí, en adelante cantará en las óperas los roles del barítono.
Y esta otra, también ya muy conocida noticia: ha muerto a los 93 años Betty Ford, quien fuera primera dama de la nación americana.
Sus biógrafos hablan, y con razón, de una mujer de gran coraje, que luchó y venció el cáncer de pecho, la artritis y adicciones a las drogas y al alcohol. Y la mejor prueba de que triunfó sobre enfermedades y adicciones, es la larga edad a la que ha muerto.
Ella fué la fundadora del Betty Ford Center para el tratamiento de adicciones al alcohol y las drogas, en Rancho Mirage, California. Este centro es su más significativo legado.
Y aquí, al final de esta descarga, me gustaría manifestar, de un modo para nadie ofensivo, la diferencia entre unos artistas y otros artistas, según los géneros, público y escenarios donde hacen su vida profesional. Porque esos géneros, público y escenarios, indudablemente contribuyen a modelar ciertos estilos de vida.
Entiendo yo, que hay esenciales diferencias entre los músicos de las salas de concierto y los músicos de las discotecas. para sólo poner un ejemplo.
Y, no quiero, ni puedo yo decir, que artistas del ballet, la ópera y la música culta, no caigan también en el vicio de las drogas y el alcohol. No, no lo digo.
Pero, vemos que otros "artistas populares", digamos los del rock y otros géneros parecidos, los de la música al tosco gusto del público grueso de todas las grandes ciudades del mundo, sí caen con fecuencia, quizás con demasiada frecuencia, en viciosas costumbres.
Un abrazo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu opinion nos ayuda a crecer