Por: José Jordi Veras Rodríguez.
A raíz de los últimos días, de tantos de fiestas que tiene el mes de enero, tan sólo 14 días son los que resultan ser los laborales, hemos pensado de forma más sería sobre el problema base de nuestra nación. Fuera claro está, de los politiqueros que nos han gobernado. Son el aspecto de la educación y de acoger más tiempo al trabajo.
Nuestra preocupación va enmarcada también en lo que ha motivado la propuesta del Secretario de Educación, Melanio Paredes, que consiste en cambiar el calendario escolar para que el mismo pueda comenzar en el mes de marzo y finalizar en el mes de diciembre. La misma, antes de que se inicie una cantidad de argumentos en contrario, debemos analizarla y por qué no, establecer una mesa de diálogo entre los distintos sectores que laboran en la educación e incluso escuchar las propuestas de antiguos secretarios de Estado de Educación que pueden tener calidad para ello.
Es cierto que lo propuesto por el incumbente de educación es la consecuencia evidentemente de que la autoridad no ha sido suficiente como para crear la conciencia en los ciudadanos y centros de enseñanza privada en su mayoría, que al momento de realizar sus claustros o reuniones de profesores o en la cultura del “puente”, no tienen que ver si afectarán a estudiantes o continúan con una cultura que hemos acusado de pensar que perdiendo horas de clases durante el año no nos afecta en cuanto a desarrollo y competitividad.
Que nadie se equivoque, ninguna nación que haya estado en el subdesarrollo o en vías del mismo, lo ha logrado si no es a base del trabajo en la educación y tratando de eliminar el analfabetismo y trabajar en la educación. Nuestro país no es ni debe ser la excepción, si queremos lograr, no un crecimiento, como siempre se nos ha querido vender el “caramelo” de los que practicaron hasta la crisis del neoliberalismo, sino un real desarrollo integral de la mayoría de los dominicanos y dominicanas, tiene que ser evitando dedicar tanto tiempo para el descanso y menos para lo laboral.
Debemos pensar cuánto tiempo perdemos en el año por asuntos de días de fiesta que basados en una ley como la No.139, se ha querido en principio evitar mover días que son patrióticos y religiosos. Sin embargo, la intención del legislador no se ha interpretado de forma coherente ni lógica, porque que determina que es patriótico y que no lo es. Por ejemplo. ¿Son los días de Duarte o el 16 de Agosto, fechas patrióticas? Claro, sin embargo se mueven a conveniencia evidentemente de producción o de labor. Ahora bien, se hace esto sin el respeto a la misma ley que autoriza esta movilización que lo prohíbe.
La situación antes descrita, además , de los días que como el mes de enero, los días de la Semana Santa, sin contar los días que se celebran reuniones de claustro de profesores, que en vez de realizarse días de fin de semana, lo lleven a cabo un jueves o viernes y con ello suspenden horas de clase; si se suman las mismas es para ponerse pensar, si bien, no en la propuesta del Secretario de Educación, si en la cantidad de horas de trabajo y clase que perdemos por el simple capricho o voluntad, son miles y miles de horas y así no es posible obtener ni hablar de conceptos dizque de competencia y productividad.
No seamos simplistas en expresar que la propuesta es mala per se o no es conveniente, sino estamos dispuestos en asumir la responsabilidad de forma individual para que influya en lo colectivo, entonces debemos pensar en la propuesta realizada o otras que se propongan, pero es evidente que necesitamos salir de este circulo vicioso que a quienes afectan es a las grandes mayorías que la única salida de la pobreza y la desigualdad es a base del trabajo y la enseñanza, no hay otra.
Debemos comenzar a tener mayores creadores de invención en post del trabajo y de mejor manejo de la educación y menos quienes sean amantes de tantos profesionales en crear las condiciones para modificar el calendario para estar en un eterno descanso.
No existe nación en el mundo que no haya desarrollo planes para levantarse que no haya tenido el tema de la educación como algo primordial. Sector público y privado deben hacer conciencia de que solamente por esta vía del trabajo y la educación tomaremos el camino hacia un mejor destino.
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