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lunes, 9 de noviembre de 2009

Uno mas, y van 83... y a Dios gracias.‏







 PorTiberio Castellanos
El autor es un veterano comunicador dominicano residente en Miami Florida





  Bueno, no se si decir uno más, o decir uno menos. O decirlo como lo decía mi amigo el trovador Juanito Tremble, que en este caso hubiera dicho: estoy comenzando a vivir mi año ochenta y cuatro. Y yo agrego, a Dios gracias.  

Y, pienso, que después que uno cruza el umbral de eso que llaman promedio de vida y eso otro que dicen expectativa o esperanza de vida al nacer, las gracias al Dios que da la vida, deben ser más robustas o quizás mejor decir más ruidosas, más expresivas.
     Yo estoy buscando, entre los profetas, ese de la voz más estruendosa y mas firme, para tomarle una  frase como oración de gracias a Dios. 

Pienso que, como uno de ellos, Jeremías, cobró fama de quejoso, al extremo de que su nombre aparece en el diccionario como sinónimo de " persona que continuamente se está quejando", así espero encontrar en otro de ellos una fuerte expresión de gracias, que, como a golpe de  tambores y trompetas, exprese toda mi gratitud al Creador.

O quizas tenga que buscar ese recurso en alguno de los salmos de David. Ya que este rey cometió esos tan graves pecados que el profeta Natán le enrostró y de los cuales recibió, el perdón de Dios. 

Recibiendo también de Dios, después de su arrepentimiento, una multitud de otros bienes. Asi que David tenia, necesariamente,  que estar mas agradecido de Dios que cualquier otro ser humano. 

Ya que si no hubo nocturnidad ni alevosía en lo de Betzabé, sí fue un crimen "first-degree" el que cometió con Urías. Con marcada premeditación y frío cálculo. Aun así, puesto que se arrepintió, Dios perdonó su pecado.

Y pienso que por eso dice en uno de sus Salmos:
"Dad gracias al Señor con la cítara,  tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;  cantadle un cántico nuevo  acompañando los vítores con bordones:  que la palabra del Señor es recta   y todas sus obras son duraderas".


     Pasando revista a mis años, pienso que mucho debo celebrar haber sobrevivido tres dictaduras políticas. Trujillo, Batista, Castro. Digo dictaduras, para no molestar a alguno de mis amigos. Pero más de una de ellas encaja mejor en la definición de una horrible tiranía.


No tengo espacio aqui para reseñar  las riesgosas peripecias que, en cada una de las tres, estuve involucrado. Pero si quiero confesar, la tentación que siempre me ha acompañado, de creerme que mi buena suerte se debió, en gran parte, a mi  habilidad, mi maña, mi fino tacto, mis previsiónes, o mi sentido común.  Nada de eso. 

Hoy, en cambio, estoy plenamente convencido que en todos esos años, mi Angel de la Guarda estuvo sumamente ocupado.


          Asimismo debió andar mi Angel Custodio  muy atareado tras de mí durante ese tormentoso período dominicano de Abril del 19 65 y meses después. Tiempos de odios, tiros y crímenes, sospechas y rencores. Tiempo que desató  furia y poemas  entre los artistas: 

"Coral Sombrío para los Invasores" , "Canto a Santo Domingo Vertical"... y muy bellos cantos de esperanza: "Por Amor", "Habrá un Nuevo Mundo"... y  al final, también serias aunque bellas frustraciones: "El Viento Frio" y " Los Trajes Blancos han Vuelto".


     Y, aparte de esos tiempos históricos, hubo también en mi vida, como en la de cualquier hijo de vecino, los que cantó Dario ( que, precisamente, no llegó a los 83), que son tiempos de todos los que fueron  jóvenes, y que yo ahora, con mucho placer, también canto:   

 
"Potro sin freno se lanzó mi instinto,  mi  juventud montó potro sin freno,  iba enbriagada y con puñal al cinto,  si no cayó fue porque Dios es bueno". Y Dios sigue siendo, todavía, muy  bueno  conmigo.
 Un abrazo.

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