SANTO DOMINGO.- Desde el ámbito político y económico crece el clamor al gobierno por una definición clara de las áreas donde serán invertidos los 1,700 millones de pesos que ingresarán al país a través del acuerdo Stan-by con el Fondo Monetario Internacional (FMI), conocimiento de cuya Carta de Intensión fue aplazada para este lunes.
Se desconoce las razones por las que el directorio del FMI no conoció el pasado viernes el documento sustenta el acerado financiero con el gobierno dominicano. La preocupación del sector económico y los líderes empresariales radica no sólo en el uso que darán las autoridades a esos recursos, sino que temen que de este acuerdo se derive una nueva reforma fiscal.
Sobre la posibilidad de que las autoridades se planten una nueva reforma han pronunciado su preocupación el presidente del Consejo Nacional de Empresa Privada (CONEP), mientras que sobre el destino que dará el gobierno a los recursos, el presidente del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), Miguel Vargas Maldonado ha sugerido una comisión de seguimiento, que esté integrada por representantes de todos los sectores nacionales.
Este domingo, el presidente del Partido Dominicano por el Cambio, Eduardo Estrella, alertó de que podría producirse una nueva reforma fiscal, luego de las elecciones del año que viene, si el gobierno continúa con la aprobación de préstamos y el aumento en el gasto corriente.
De su lado, el economista Carlos Asilis, aunque califica de correcta la decisión de acudir al FMI, pidió a todos los sectores mantenerse atentos para que las autoridades den buen uso a los recursos que proveerán los organismos internacionales de financiamiento.
Este fin de semana, el directorio del Fondo alertó del riesgo de que la recuperación económica se paralice y pidió a los gobiernos, especialmente de los desarrollados, mantener los programas de estímulo fiscal hasta que haya pruebas "firmes" de que el repunte tiene suficiente vigor.
Mientras, en los países en desarrollo el peligro inminente es una entrada excesiva de capital, atraído por su buen crecimiento económico y unas rentabilidades mayores que en los mercados desarrollados.
A ellos el FMI les recomendó que dejen apreciar su moneda y reduzcan el gasto fiscal, para moderar la demanda interna.
Autor: FRANCIA VALDEZ
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