Por Tiberio Castellanos
Como se verá un poco después, estos suicidios o intentos de suicidio, no ocurrieron exactamente en el año 59 del pasado siglo si no un poco después, años 61 y 62. Lo de -50 años después- lo dejo como el "pie forzado" en el titulo de mis tres últimas descargas. Y queriendo asociar ésta de ahora a la buena acogida de las anteriores.
Y para que nadie crea que escribo, esta vez, un cuento de suspenso, voy a dar enseguida los nombres de los suicidas: Vinicio Vicioso, Rafael Folch del Valle y Fradique Lizardo.
Los Vicioso, Vinicio y su hermano Abelardo, el poeta, llegaron a La Habana en los meses finales del trujillato.
En el libro de Virgilio Díaz Grullón, "Antinostalgia De Una Era", hay una referencia a este caso que no quiero desaprovechar: " Pero Trujillo lo interrupió haciendo un brusco ademán con la mano, como si se tratase de borrar las palabras de su hermano,-¡Qué Morales ni qué carajo!... estoy hablando del piloto Vicioso... el muy cabrón se quedó en Puerto Rico...- Y luego de una breve pausa añadió, recriminándose a si mismo: "yo lo sabía, yo lo sabía...", mientras se golpeaba una y otra vez con el puño derecho la palma de su mano izquierda.
Yo conocía los antecedentes del caso. Hacía algún tiempo que el poeta Abelardo Vicioso había renunciado públicamente a su cargo de Cónsul en Curazao para incorporarse a la lucha antitrujillista en el exilio.
Su hermano, a la sazón piloto de la Fuerza Aérea Dominicana, le ofreció a Trujilllo su actuación como intermediario frente a Abelardo para convencerlo de regresar a su país y el déspota aceptó la propuesta y lo autorizó a viajar al exterior para cumplir ese propósito.
Era evidente que Trujillo acababa de enterarse de la deserción del piloto y se recriminaba por haberle permitido que lo engañara."( Página 123 del citado libro).
Tengo otro libro, como el anterior escrito con valentia y mucha sinceridad. Se trata de YO MATE A SU HIJO de Eugenio María Guerrero Pou. Hay aquí otra mención de Vinicio Vicioso, que según algunos que comentaban el caso, en La Habana de aquellos días, da una pista sobre los motivos, del suicidio, no mucho tiempo después, del Teniente. (Pagina 90 del libro).
"De repente, levantando el rostro, parece que reconoció a alguien entre los militares y le llamó bajito por su apellido: "Vicioso... Vicioso..." pues apenas podía hablar por la sangre y la saliva de la boca.
Volteando yo la cara noté que alguien de buena estatura se escabullía entre la multitud: era el segundo teniente Vicioso Contín. El prisionero me dijo que eran amigos de infancia, estuvieron juntos en el Colegio Santo Tomás." (Y luego en la página 92),
"Mas tarde, fui a la habitación del segundo teniente Vicioso Contín, que quedaba en el segundo piso, en la primera compañia de la Academia. Le conté lo ocurrido y él, muy nervioso, con lágrimas en los ojos, me explicó que conocía a la familia del muchacho Andrés Perez y me pidió no contar a nadie lo acontecido."
El cadete Rafael Folch del Valle, tambien vivió esos dias traumatizantes de los fusilamientos de los expedicionarios del 14 de Junio, por los cadetes de la Academia Militar Batalla de Las Carreras.
Y según parece, tambien sintió la misma desazón o sentimiento de culpa, Desazón que dió al traste con la carrera militar del cadete Guerrero Pou, el único que yo sepa, que ha relatado con valentía y gran sinceridad estos horribles momentos de la historia dominicana. (Yo he venido a leer este libro hace apenas tres años y no sé si existen otros relatos como este).
Guerrero Pou menciona muchas veces en su libro a su compañero Folch, con quien parece hizo buena amistad. Y a riesgo de hacer esta descarga demasiado larga quiero insertar aqui la descripción que hace de él: " Conocí a Rafael Folch del Valle, puertoplateño, parecía un alemán, con ojos verdes y mandíbula prominente, tamaño mediano, contextura fuerte, sus cabellos eran crespos, entre castaño y rubio.
Su temperamento se tornaba a veces irascible. Culto, poco conversador, aspiraba a ser estudiante de aviación."
Este fue el mismo que traté yo en La Habana del año 1962, joven, buenmozo, simpático. Con una novia joven y bonita hija de un médico cubano. Todos nos poreguntábamos asombrados ¿por qué querría este hombre quitarse la vida?. Dos veces lo intentó allí. Primero se tomó una cantidad exorbitante de pastillas para dormir.
Cuando un amigo llamó y el respondió al teléfono con voz muy rara éste corrió allí con un médico y se le pudo salvar. Un poco después se lanzó desde un cuarto o quinto piso del Hotel Dauville.
Cayó sobre unas cajas amontonadas en el patio del hotel y sólo se partió una pierna, pero tan estropeada, que los médicos no pudieron salvarla.
Cayó sobre unas cajas amontonadas en el patio del hotel y sólo se partió una pierna, pero tan estropeada, que los médicos no pudieron salvarla.
No obstante, parecia haberse adaptado a su nueva situación. En La Habana y luego en Europa tuvo tratamientos especiales y prótesis. Y regresó a Santo Domingo donde lo saludé un dia en el Conde. Supe después que se había ahorcado en Puerto Plata. Lo mismo hizo Vinicio Vicioso en su apartamento del edificio Foxa donde vivía con su hermano.
En el Foxa vivía también cuando lo conocí y traté, Fradique Lizardo, En un apartamento donde también vivían Polo Rodriguez y otros muchachos del IJ4. (El folklorista me cantaba La Salve de Las Auroras, de mi compueblano Bienvenido Brens).
Pero fue en casa del Dr. Pericles Franco donde intentó suicidarse. Se encerró en el baño y se colgó. Por suerte para él el cuarto del baño tenía una ventanita muy alta que nunca se cerraba.
Por ahí, Gilda y Pericles colaron a su hija Carmela, entonces muy niña, quien abrió la puerta del baño, lo que permitió que ellos cortaran la soga o la corbata conque el folklorista se habia colgado.
Según parece no lo intentó nuevamente. Pienso que para casi todos será fácil colegir que el obscuro llamado que llevo a la tumba a los militares, no fue exactamente el mismo que motivó el fallido intento del folclorista.
Un abrazo .
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