Por Humberto Marte
El columnista,es comunicador y lider espiritual dominicano,residente en Philadelphia ciudad de los Estados unidos de Norteamerica,actualmente su padre libra una batalla contra el cancer y solo la fe le permite sonreir,pueda que este articulo sea una catedra....
El cristo marginado y explotado en su defensa ante un tribunal implacable y poco compasivo por la presión que ejercía en su seno derivada del poder que el imperio romano tenia en su época, observaba como se corrompía hasta el mejor de sus amigos producto de la calumnia, la traición y quien sabe si el egoísmo o la misma envidia, esa que Sócrates le gritara a su verdugo Meleto y si lo hizo Sócrates el mas grande de los sabios propulsor de la democracia, padre espiritual y hacedor de maestros de la talla de platón o sus derivados como Alejandro magno ellos llegaron a ser mas grandes que su mentor pero en su sabiduría nunca olvidaron la enseñanza de su maestro quien en las plazas de Atenas proclamaba la docta ignorancia y podemos entender que ese a quien se le atribuía corromper a los jóvenes de su tiempo y sin merecerlo quedo colgado en silencio sin defensa solo con el testigo mas cruel, el tiempo
Pero el cristo que no corrompió a nadie ni calumnió, ni envidió, ni tronchó,
¿merecía ser traicionado y juzgado como a un criminal?
Jesús en su defensa al verse perdido y abandonado ya adolorido por los azotes a que era objeto, después de haber sido abofeteado frente al magistrado hizo una inteligente aseveración y una pregunta sabia “ si he hecho mal testifica en que, y si bien ¿porque me golpeas?
Aunque no sé de que se me acusa ni la causa que ha motivado mi juicio lo acepto con humildad y con la mas absoluta garantía de que jamás levantaré mi mano ni mi espíritu se enfadará con los que sin razón han legislado en contra mía para hacerme ver como al peor de los seres humanos
Pero aun sin defenderme tengo derecho a acudir a los desvaríos para preguntarme a mi mismo
¿He engañado a alguien con prestamos a altos intereses?
¿He negado una ayuda a alguien cuando he podido hacerlo?
¿He calumniado al prójimo para vanagloriarme con el lucro derivado de la malicia?
Me declaro culpable pero de nada de eso, que sea Dios el que juzgue, culpable soy de amar a los míos, de querer compartir la sabiduría que es dada solo a hombres derivados y dotados del desprendimiento, alejados de la materia que satisface a los que no salieron del barro
Soy culpable de querer educar a aquellos que aprendieron solo a sobrevivir en un mundo que genera sin freno el placer de la avaricia, la intriga, la hipocresía, la envidia, la calumnia, la ingratitud, y la desconfianza
Si soy todo eso que Dios se apiade de mi porque no vine a este mundo a ser nada de eso si me desvié fue sin darme cuenta pero no por que quise pero si es por decir verdades pido la comprensión no de seres mortales sino del que es implacable. El tiempo
Pero el cristo que no corrompió a nadie ni calumnió, ni envidió, ni tronchó,
¿merecía ser traicionado y juzgado como a un criminal?
Jesús en su defensa al verse perdido y abandonado ya adolorido por los azotes a que era objeto, después de haber sido abofeteado frente al magistrado hizo una inteligente aseveración y una pregunta sabia “ si he hecho mal testifica en que, y si bien ¿porque me golpeas?
Aunque no sé de que se me acusa ni la causa que ha motivado mi juicio lo acepto con humildad y con la mas absoluta garantía de que jamás levantaré mi mano ni mi espíritu se enfadará con los que sin razón han legislado en contra mía para hacerme ver como al peor de los seres humanos
Pero aun sin defenderme tengo derecho a acudir a los desvaríos para preguntarme a mi mismo
¿He engañado a alguien con prestamos a altos intereses?
¿He negado una ayuda a alguien cuando he podido hacerlo?
¿He calumniado al prójimo para vanagloriarme con el lucro derivado de la malicia?
Me declaro culpable pero de nada de eso, que sea Dios el que juzgue, culpable soy de amar a los míos, de querer compartir la sabiduría que es dada solo a hombres derivados y dotados del desprendimiento, alejados de la materia que satisface a los que no salieron del barro
Soy culpable de querer educar a aquellos que aprendieron solo a sobrevivir en un mundo que genera sin freno el placer de la avaricia, la intriga, la hipocresía, la envidia, la calumnia, la ingratitud, y la desconfianza
Si soy todo eso que Dios se apiade de mi porque no vine a este mundo a ser nada de eso si me desvié fue sin darme cuenta pero no por que quise pero si es por decir verdades pido la comprensión no de seres mortales sino del que es implacable. El tiempo
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