Autora Brenda Aracena
Joven comunicadora del Noroeste
Entre mis alas llevo innumerables sueños, cargados de colorido, con un polvo difuminado que me impregna sabiduría para poder cumplir cada uno de ellos.
Cazadores me persiguen buscándome con lupa, mientras yo trato de huir sin tener un rumbo fijo, al final del túnel veo una luz pero no es más que mi desdicha pues es la vela de la angustia que me atrae a su fuego.
Sigo corriendo perenne hasta concluir mi viaje, convencida de que cada una de mis esperanzas quedarán reducidas en cenizas junto a mis alas en la luz de una vela.
Paso a paso ya estoy cerca del final planificado, por aquellos que han querido estrecharme entre sus manos, prefiero morir a ser esclava, quisiera volar y no hay salida, sólo queda llegar al lumbral donde por el fuego seré consumida.
Polvorienta quedaré como los sueños que anhele, solo recuerdos rodearan mi tumba y mis restos, solo el silencio se adueñará embargando mi mundo de suspenso.
Palmo a palmo, sorbo a sorbo, se acerca la cumbre donde sin realizarse quedarán plasmados en el ardor mis deseos, cierro los ojos y apresuro mis alas, insistente en huir a aquellos que me acorralan, el fin me espera la luz resplandece en tanto que en mi alma el temor crece.
A centímetros me encuentro de la hoguera que me anuncia, que ya no me queda tiempo en esta vida de penurias, que por fin me libraré de las malas intenciones pero al mismo tiempo se convertirán mis sueños en decepciones.
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