Por: José Jordi Veras Rodríguez.
El autor es Abogado y Comunicador dominicano
¿Cuál es la motivación que hemos tenido para escriturar el presente artículo? Sencillo, con la decisión o Resolución del PNUD acaba de ser enterrado, aún más, otro de los compañeros políticos del PLD y antiguo rival del primer mandatario, que, si alguna sombra le quedaba por hacer al primer mandatario con lo sucedido en Gonzalo y los Haitises, acaba de quedar muy mal parado el Secretario de Medio Ambiente y aquellos que laboraron en la licencia y el informe que daba el visto bueno a la instalación de una planta verde para elaborar cemento en dicha zona.
El tema de los Haitises se convirtió en una guerra en la cual, a simple vista y en principio, se veía a grupos ecologistas luchando contra el gobierno por éste otorgar una licencia y los terrenos de esa zona como Dación en Pago por los trabajos del Metro.
Esto porque no se sabía cuáles habían sido los empresarios beneficiados. Esto último entendemos le hizo mucho daño a las intenciones de los propietarios de dicha empresa y todavía más, cuando se supieron los nombres, hubo extrañeza del por qué no mencionarlos desde un inicio.
Creemos, particularmente, que fue un error de su parte y un mal asesoramiento, la mayoría de oriundo o han establecido un gran capital en esta ciudad y dónde todo el mundo conoce su trayectoria y labor. Son un grupo empresarial reconocido por su trabajo y esfuerzo.
A lo cual deben el éxito de sus empresas y de los logros obtenidos.
Luego de observar el grupo empresarial envuelto, entonces también salieron a relucir los intereses creados en el negocio del cemento.
Es cierto que muchos de los que están en ese sector no les gustaba la idea de que en la zona mencionada, con ventajas por el tipo de terreno y el material que de forma natural se origina, pudiese instalarse o colocarse un solo block.
Es cierto también que dentro de esas empresas que se oponían por lo bajo a la instalación de la nueva planta, existen quienes han violado, en esta misma ciudad de Santiago, todas las normas habidas y por haber en cuanto a medio ambiente, naturaleza y vida humana se refiere.
Entonces, del otro lado de la oposición justa y legítima de los ecologistas y de una parte del país que entendía que su lucha era viable y convincente, había grandes intereses buscando evitar su instalación.
Ahora bien, siempre fuimos de opinión que, independientemente de los intereses creados, había una gran cantidad de personas que por diversas formas mostraron su oposición formal y a estos grupos había que escucharlos.
Creemos que si se hubiese hecho una encuesta a nivel nacional, la mayoría hubiese manifestado un no rotundo.
Con todo lo que supuso este tiempo de confrontaciones, creemos que los promotores y empresarios ligados al Consorcio Minero debieron dejar de lado la construcción en dicho lugar, por algo que llamados prudencia y que no tenían la necesidad de pasar por todo el dolor de cabeza que ya les traía tal evento.
El mayor costo lo tenía el gobierno y la figura del Presidente, porque era quien había entregado y señalado los terrenos, sin embargo, se logró crear un conflicto, tan sólo entre la Secretaría de Medio Ambiente, la empresa y los grupos ecologistas. Al Secretario de dicha institución, Jaime David Fernández Mirabal, se le había dispuesto para que mantuviera su posición.
Cuando viene la decisión del Presidente de la República de nombrar un organismo ambiental del Programa de las Naciones Unidas (PNUD), expresamos públicamente que era un error, porque con ello le estaba quitando peso y credibilidad a las instituciones dominicanas y le restaba calidad y capacidad a lo nuestro; políticamente le daba una puñalada al Dr. Jaime David Fernández, como al final ha ocurrido.
Hoy quien se ve como el equivocado y el tozudo ha sido el Secretario de Medio Ambiente y no la figura del Presidente ni su gobierno. De nuevo asume de forma irresponsable una actitud en la que otro es quien paga las “habas” y el que llega para “resolver” es el Presidente, es parte del movimiento de su tablero de ajedrez.
El informe del PNUD como un baldón cae sobre la decisión y Resolución de Medio Ambiente y expresa de forma sintetizada lo siguiente: “…que no se observaron principios de legislaciones legales nacional e internacionales…”. “…que hubo falta de información y que no se evaluaron los impactos ambientales y a la salud…”. “…tampoco se consideró la conservación del patrimonio cultural como un objeto jurídico a proteger y se ignoró la existencia de un acuífero cárstico local…”.
Asimismo dijo el informe: “…la lista de debilidades en el otorgamiento de la licencia ambiental incluye carencia de constancia de registro de documentos…”.
Tan sólo con esa parte de lo que expresa el informe del organismo internacional es suficiente para dejar mal parado y de mala manera todo el que dentro de la Secretaría de Medio Ambiente, dio su visto bueno a la licencia.
El presidente con su actitud de otorgarle a un programa del PUND frente al país, asume una posición poco responsable.
Procede a quitarle más peso a la poca institucionalidad que existe en nuestro país. Así como lo hizo con otro dirigente del PLD, Radhamés Segura, luego de las graves denuncias de nepotismo y corrupción, se despacha con nombrarlo como asesor energético y colocar a quien había sido su mayor opositor en la CDEEE.
El Presidente Fernández, se pinta como demócrata y diferente a los gobernantes que han pasado, por eso se contenta en hablar de la ausencia de conceptualismo.
Sin embargo, esa capacidad e intelectualidad, no la utiliza para atacar la corrupción, ni la enfrenta y mucho menos colaborara de forma directa para erradicarla, al contrario la incentiva.
Queda bien ante la opinión pública; su figura no sufre. Esta forma de proceder de no dejarse afectar por el costo político, es una constante en el primer mandatario, si no recuerden la Sund Land y Félix Bautista.
e-mail: jordiveras@yahoo.com
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