Escrito por Dante Andrés Michelena
El autor es un intelectual argentino residente en nuestro pais.
A veces, en el trecho de huerta que va desde el hogar
A veces, en el trecho de huerta que va desde el hogar a la alcoba, se me aparecían los ángeles.
Alguno, quedaba allí de pie, en el aire, como un galloblanco -oh, su alarido-, como una llamarada de azucenasblancas como la nieve o color rosa.
A veces, por los senderos de la huerta, algún ángel meseguía casi rozándome; su sonrisa y su traje, cotidianos; se parecía a algún pariente, a algún vecino (pero, aquelplumaje gris, siniestro, cayéndole por la espalda hasta los suelos...).
Otros eran como mariposas negras pintadas a la lámpara, a los techos, hasta que un día se daban vuelta y les ardía el envés del ala, el pelo, un número increíble.
Otros eran diminutos como moscas y violetas e ibantodo el día de aquí para allá y ésos no nos infundían miedo, hasta les dejábamos un vasito de miel en el altar.
De "Historial de las violetas" 1965.
Bajó una mariposa a un lugar oscuro
Bajó una mariposa a un lugar oscuro; al parecer, dehermosos colores; no se distinguía bien. La niña más chica creyó que era una muñeca rarísima y la pidió; los otros niños dijeron: -Bajo las alas hay un hombre.Yo dije: -Sí, su cuerpo parece un hombrecito.
Pero, ellos aclararon que era un hombre de tamaño natural.Me arrodillé y vi. Era verdad lo que
decían los niños. ¿Cómocabía un hombre de tamaño normal bajo las alitas?Llamamos a un vecino.
Trajo una pinza. Sacó las alas. Y unhombre alto se irguió y se marchó.Y esto que parece casi increíble, luego fue pintadoprodigiosamente en una caja.
De "La liebre de marzo" 1981Yendo por aquel campo, aparecían, de pronto...Yendo por aquel campo, aparecían, de pronto, esas extrañascosas.
Las llamaban por allí, virtudes o espíritus. Pero, enverdad eran la producción de seres tristes, casi inmóviles, que nunca se salían de su lugar.
Estancias al parecer, del otro mundo, y casi eternas,porque el viento y la lluvia las lavaban y abrillantaban, cadavez más. Era de ver aquellas nieves, aquellas cremas,aquellos hongos purísimos...
Esos rocíos, esos huevos, esos espejos.Escultura, o pintura, o escritura, nunca vista, pero, fácilmente descifrable.
Al entreleerla, venía todo el ayer, y se hacía evidente el porvenir.Los poetas mayores están allá, donde yo digo.
De "Clavel y tenebrario" 1979
Marosa di Giorgio
Poeta uruguaya nacida en Salto en 1934. Desde 1978 se radicó en Montevideo donde inició su carrera poética en 1954 con su obra «Poemas».
Su ascendencia italiana y vasca la convirtió en una poeta singular, cuya obra respondió siempre a las exigencias de su mundo interior, donde la naturaleza, la magia, la mitología y el misterio, se convirtieron en importantes protagonistas. El conjunto de su obra, reunida en «Los papeles salvajes», se amplió con dos volúmenes que incluyeron «La liebre de marzo», «Mesa de esmeralda», «La falena», «Membrillo de Lusana» y «Diamelas de Clementina Médici».
Sus poemas y relatos fueron traducidos al inglés, francés, portugués e italiano. Recibió importantes distinciones entre las que se destacan la Beca Fullbright y el Primer Premio del Festival Internacional de Poesía de Medellín en 2001.Falleció en el año 2004.
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