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NUEVA YORK._ A la derecha el asesinado Manuel Mayí (Manny) y a la izquierda su madre Altagracia Mayí. En el trasfondo, el senador estatal boricua Hiram Monserrate.
NUEVA YORK._ Hace 18 años y en un parque de Queens conocido como el de los “spaguettis” porque ha estado bajo control de los italianos, fue asesinado el entonces estudiante dominicano Manuel Mayí (Manny) , quien recibió una brutal paliza que lo mantuvo en coma por unas 24 horas, hasta que finalmente perdió la batalla por su vida.
Desde entonces, su madre Altagracia Mayí, se propuso que la justicia tendría que llegar un día para el descanso en paz de los restos de su hijo y para escarmiento de sus asesinos. Comenzó una titánica lucha que desde la década de los noventas, la ha convertido en un emblema del activismo contra ese tipo de casos.
Tocando las puertas de todas las agencias de la ley, haciendo denuncias en los medios y presionando a las autoridades competentes por casi 20 años, la madre dominicana, finalmente ha sido escuchada. Ayer dijo que el Departamento de Justicia en Washington podría reabrir el caso sobre el asesinato de su hijo y tipificarlo como un crimen racial.
Cuando el estudiante fue abatido después de ser perseguido por una pandilla de italianos que le voceaban epítetos raciales anti hispanos y anti dominicanos, ninguna ley entonces, protegía a la ciudadanía de ese tipo de crimen.
La madre dijo que el pasado viernes se reunió con representantes del Departamento de Justicia y que tiene la esperanza de que el caso pueda ser reabierto muy pronto.
La decisión de los federales, se motivó por una carta enviada a ellos por el comisionado de la policía de Nueva York Raymond Kelly en la que les sugirió que el caso, debería investigarse a nivel federal.
Además de Kelly, el senador en Washington Charles Schumer y el senador estatal Hiram Monserrate, respaldan una pesquisa del Departamento de Justicia en conexión con el asesinato de Mayí.
Ella dijo que los federales deben investigar lo ocurrido el 29 de marzo de 1991, fecha en la que ultimaron a su hijo, recoger informaciones y posteriormente tomar una decisión.
Recordó que la pandilla que mató a su hijo estaba integrada por unos 1o sujetos mayoritariamente de la raza italiana, pero sólo tres de ellos fueron arrestados: los hermanos Joseph y Frank Celso y Michael Guerra.
De ellos sólo Joseph fue llevado a un juicio que no dejó satisfecho a nadie, pero fue liberado en 1993 después que la testigo “estrella” de la fiscalía Rosa Signorelli, huyera a Italia y se negó a regresar a Estados Unidos para incriminar a Celso en la corte.
Mayí, entonces con 18 años de edad, era un estudiante prominente de Ingeniería Mecánica en el Colegio Comunitario de Queens (Queens Community College). Fue atacado por la ganga que lo siguió por 17 cuadras hasta darle una muerte horrorosa.
La mujer dominicana recordó que a su hijo lo asesinaron por un odio racial que está resurgiendo con los recientes casos de varios hispanos atacados en Nueva York y en New Jersey, especialmente ecuatorianos.
Dijo que en Estados Unidos, no se puede discriminar a nadie porque sea latino, negro, blanco o gay. La madre organiza cada año para la fecha en que su hijo fue asesinado, una marcha de protesta en la que mantiene su reclamo de justicia junto a activistas y organizaciones de derechos civiles.
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