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lunes, 1 de junio de 2015

A ti Basilia Rodríguez, gracias por darme la vida



Un Momentito con Miguel
Autor Miguel De Jesús
Locutor y Abogado Dominicano
 
Durante nueve meses me llevó en su vientre, nací 4 meses después del país estrenar un perfume caro llamado “guerra de Abril (1965)”, como para la época ella trabajaba en la ciudad de Santo Domingo, hizo más difícil su estado de gestación.

Decidió viajar a Mao para darme el privilegio de nacer acunado por la belleza del atardecer más bello del mundo y así proteger su criatura y ante la irresponsabilidad de mi padre, asumió con valentía criarme sola.


Lavar y planchar  por paga en casa de los adinerados de la época, tanto en Mao como en la ciudad de Santiago, conserje del colegio  Juan Pablo Duarte a cambio de 13 pesos mensuales y una beca para cubrir mis estudios primarios solo son algunas de las peripecias de esa guerrera.

Desde que una partera conocida como mama, capturó mi primer suspiro y los oídos de mi madre escucharon mis gritos, ella hizo brotar de su Alma la magia de un amor especial, abrió el cielo de las emociones y esperanzas para el fruto de su amor.

En sus manos la fragancia de sus mimos, de su garganta la voz dulce y tierna cantando para mí y con su ejemplo de honestidad me daba la cátedra basada en principios y valores, esas enseñanzas que hoy exhibo como prendas valiosas.

Ayer ella caminaba de prisa conmigo de mano iluminados por las luces del Alba  para llegar temprano a la iglesia y así escuchar completa la misa del domingo a las 6 de la mañana, pero hoy a sus 81 años sus pasos son torpes y lentos.

Su cabeza cubierta por hilos de plata, en el rostro arrugas que guardan dos mil dos historias de dolor, amargura, sacrificios pero sobre todo de mucho amor y solidaridad para quien la necesitaba para algún servicio.

Sus pupilas me dan luz desde el centro de los  ojos cuya mirada cansada se pierde en el horizonte esperando verme llegar. Después de besarme para mitigar mi deseo con fuerza levanta su voz para decirme, Dios te bendiga mi hijo.

Ahora que está tan enferma, que a duras penas escucha y que sus fuerzas no mueven con la rapidez acostumbrada  el cuerpo menudo de la mujer que más amo y admiro en este mundo al iniciar cada día agradezco al creador su presencia y sus latidos .

Que mi Dios no  ordene a  la banda tocar  la música del sueño eterno, que por muchos años me permita reflexionar sus consejos y entre sus verdades defendidas con vehemencia y sus pleitos propios de su edad ,tener la oportunidad para muchos domingos como el de ayer día de las madres ,decirle pegadito a sus oídos .”A ti Basilia Rodriguez, gracias por darme la vida”.


2 comentarios:

  1. Una foto que dice lo que las palabras no pueden decir, un abrazo mi hermano! Dios te bendiga!!!

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  2. El texto me llevó al contexto.....Impresionante! BENDICIONES!

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