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lunes, 22 de diciembre de 2014

Soplan vientos de paz entre Cuba y EE.UU.



POR FERNANDO RODRĺGUEZ CÉSPEDES

El anuncio del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos provoca un sentimiento de esperanza entre quienes creemos en el respeto a la autodeterminación de los pueblos como base de la paz mundial.


Todavía es prematuro determinar cuál de los dos países sacará mayor provecho en esta nueva etapa de unas tensas relaciones que se extendieron con bajas y altas por más de 50 años en perjuicio, principalmente, del pueblo cubano.

Sin embargo, la apertura anunciada simultáneamente por los presidentes Barack Obama y Raúl Castro, parece llegar en el momento en que Cuba más la necesita debido a la precaria situación que vive  su amiga y protectora república de Venezuela.

Desde el punto de vista político, el bloqueo económico decretado por el congreso norteamericano en el 1961 contra  Cuba, sirvió durante largos años al gobierno castrista para justificar muchos desaciertos económicos cometidos por el régimen.

Contribuyó también a cohesionar el nacionalismo cubano en las nuevas generaciones que crecieron con muchas limitaciones y precariedades  atribuidas siempre a la potencia del norte que ahora se presenta, sospechosamente, amigable.

En contraposición a los sectores más conservadores de los Estados Unidos,  Obama dio un paso de avance en las relaciones con su tradicional enemigo político, buscando mejorar su imagen y hacer un acto de justicia aclamado por la comunidad internacional.

Mientras tanto, en lo que se definen situaciones, y  llega el posible levantamiento del bloqueo, Cuba debe  ser cautelosa y cuidarse de una apertura violenta que puede conllevar la rápida penetración  de los elementos más nocivos de la cultura y vicios del imperialismo, en perjuicio de la sociedad cubana forjada con muchos sacrificios y privaciones, pero con una alta moral y disciplina revolucionarias.





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