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lunes, 31 de marzo de 2014

Nostálgico lamento por el chele.


Autor Tiberio Castellanos
Decían los técnicos del Diccionario Dominicano presentado la otra noche en la Casa Bacardi, que la lengua está en contínua evolución. Así que, mañana habrá palabras que no suenan, todavía, hoy, y hoy, hay palabras  que serán olvidadas mañana.


Yo lo siento mucho por el chele. La palabra y la moneda (el Diccionario Español Dominicano dice: chele, m. Moneda de un centavo de peso. pop. col.).

Yo no lo sé, pero supongo que ese peso dominicano de hoy, al que algunos llaman podrido, ya no tendrá cheles. Si ese peso dominicano, para llegar a un dólar tiene que juntarse con otros cuarenta compañeros, ¿Qué puede comprar un chele de ese peso? 
   
Aquí el Níckel, que es el chele Americano, es ya como un chiste. Basta ver, en las tiendas, los numerosos precios que terminan en 99 centavos. A mí, ciertamente, me parece un chiste. Este chele Americano ya no compra nada. Aunque uno de los fundadores de esta gran nación sigue diciendo que "un Níckel ahorrado es un Níckel....".
 
Es que en mi infancia el chele compraba todavía, algunas cosas importantes, al menos para los niños. Un dulce algo prieto, y con mucha azúcar que le llamaban jalao; una canoíta de leche que hacía Negrita la de Poi; una canquiña; unos cuantos guineos, etc. pues se me olvidan muchas otras cosas que también compraba un chele.
 
Recuerdo haber visto, muchas veces, en el patio de mi casa, donde mi mamá vendía, por las mañanas, la leche que traían de una finquita cercana a la población que algunas mujeres compraban media Botella, que viene siendo un poco menos que medio Litro. Pagaban con un Chele y una Mota. La Mota valía medio Chele. Es que la botella de leche valía entonces tres cheles.
 
Pero, con esa leche, que no se había pasteurizado, ni bautizado, y otro chele para una pastilla de chocolate de las que confeccionaba Mao en su pequeña factoría, esa señora podia servirles chocolate a toda la familia. Por supuesto, agregándole a la mezcla su poquito de agua. 
   
Pero, de entonces acá, en ese Pimentel de las primeras décadas del pasado siglo, deben haber ocurrido muchos cambios. Cambios que han afectado a personas y cosas, de un modo, dicen algunos, muy negativo. Pero...mi llanto de hoy es sólo por el chele.
Un abrazo.

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