Autor Tiberio Castellanos |
De entrada debo decir que no todos los que han sido santos
están inscritos en el Santoral. Ni todos los atletas o
"sluggers" ejemplares están en el Hall de la
Fama.
Dicho esto paso a decir que para el Hall de la Fama es muy importante
ese asunto de los averages. Sí, pero también se toma en cuenta la
conducta. Algún gran pelotero no está en el
Hall por unas apuestas muy
ilegales, e inmorales también, que hizo mientras todavía jugaba. Y,
recientemente, más de uno, y más de dos, excelentes jugadores, con
excelentes records, han puesto en peligro su ingreso al Hall por el
asunto del dopage, que también es ilegal e inmoral.
La Iglesia aspira, al declarar Santo a una persona, a que éste nos
sirva de modelo en nuestra conducta. Así, lo entiendo yo, podemos
acercarnos a lo que es el ideal Cristiano: "Sean santos, como yo
tambien soy Santo".
Pero, como es dogma de la
Iglesia la Comunión de los Santos, muchos, en su ignorancia, llegan a
suponer que este Santo sólo nos sirve de mensajero ante Dios. Y esto,
aun en el caso que no tratemos de imitarlo. Y me imagino
lo
incongruente que puede ser que un "cristiano" que no ha disfrutado nunca
de la belleza de una noche de luna o de un bello amanecer en primavera
agradeciendo a Dios el canto de las aves, la brisa suave en el ramaje de
los árboles y el olor de las tempranas flores, ni tampoco haya dado un
pan a un hambriento, le pida favores al Viejo de Asís. No me parece que
va a conseguir mucho de il poverello d' Assissi.
Yo, de mi parte, nunca pido favores a mi admirado Ignacio de Loyola.
Pero, en momentos en que yo necesito de coraje para enfrentar alguna
dificultad, siempre evoco la figura de este español corajudo. Y me
resulta.
Y, como estoy haciendo comparaciones, me
place recordar que
Juan Marichal, que ya está en el Hall de la Fama, tiene una estatua en
California,
¿San Fco. o Los Ángeles? Y que Pablo descubrió
en Atenas, en una de las primitivas Olimpíadas precursora de las
actuales, el valor de la disciplina para el triunfo de los atletas. Y
conozco que Marichal, precisamente, llegó a las Grandes Ligas con la
disciplina que arrastraba de sus años en el ejército dominicano.
Por
la falta de esa disciplina, muy pocos alcanzan "esa corona que nunca se
marchita" que dijo Pablo. Y no muchos llegan al Hall de la Fama.
Un abrazo.
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