Por: José Jordi Veras Rodríguez.
Abogado y Comunicador dominicano
Observando la prensa española y lo que ocurre con el Juez Baltazar Garzón, que luego de saltar a la opinión pública internacional con todo lo que salió a relucir sobre el proceso seguido al ex dictador, Augusto Pinochet y todo el movimiento creado en Argentina en contra de la dictadura militar que gobernó ese país y que fue pasando de mano en mano hasta la década de los 80.
Intentó poner ejemplo en su propio país, cuando una ciudadana española, Hilda Farfante, le pidió que así como había llevado a la justicia a otros países por hechos ocurridos hace años y donde existían los elementos de los crímenes de guerra, el genocidio y crímenes a la humanidad; conllevara lo mismo en su país natal, España, con los hechos ocurridos en la guerra civil en la década del 30 y los asesinatos de la dictadura de Franco. Esta mujer de edad avanzada lo que buscaba era que se le hiciera justicia por la pérdida de su familia en el primer acontecimiento señalado.
Este inicio marcó la pauta para que muchos otros solicitaran la apertura de la investigación del franquismo y obviara como Juez, el Pacto de Amnistía del año 1977, para asegurar impunidad a todos los que actuaron en hechos horrendos en una y otra época.
Evidentemente el indicado magistrado lo que ha hecho es haberle puesto el dedo sobre la yaga, una herida que está reciente y que muchos de sus actores principales están vivos y actuando en la vida política española y que pertenecen a esa ala conservadora que está rodeada de poder económico, político, social y religioso y que no está permitido a que sobre esos hechos, principalmente, de la época del Generalísimo Franco, como si esto no hubiere sucedido, apostando a la desmemoria del español o a mantener la impunidad. Todo ese rámpano de hechos funestos, es lo que ha intentando levantar el Juez Garzón y le han ideado un juicio basado en un supuesto soborno o pago de parte de ejecutivos del Banco Santander y le señalan que esta entidad bancaria le pagó estudios en la ciudad de New York y que ante situación aparentemente irregular del Presidente del banco señalado, el magistrado no conllevó acciones en su contra.
Tomando en cuenta lo que está ocurriendo en España con lo que ha intentado iniciar el Juez Garzón, cualquiera podría pensar que en nuestro país, bien podríamos indicar que los hechos ocurridos durante la dictadura de Trujillo y los doce años del Dr. Balaguer, sean considerados crímenes a la humanidad y genocidio, e intentarse por vía de un fiscal o Procurador, que pueda intentar conllevar la misma tarea, basándose en lo que refieren a dos disposiciones del Código Procesal Penal Dominicano. Estas son: el artículo 49 que expresa, lo siguiente: “Genocidio, crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad”.
“El genocidio, lo crímenes de guerra y los crímenes contra la humanidad son imprescriptibles”. “A estos efectos y a los del artículo 56, se consideran como tales aquellos contenidos en los tratados internacionales, sin importar la calificación jurídica que se les atribuya en las leyes nacionales.”
En lo que se refiere al artículo 56 del mismo Código, se indica: “Jurisdicción”. “La jurisdicción penal es ejercida por los jueces y tribunales que establece este código, y se extiende sobre los dominicanos y sobre los extranjeros para los efectos de conocer y juzgar los hechos punibles cometidos y total o parcialmente en el territorio nacional o cuyos efectos se produzcan en él, salvo los casos exceptuados en tratados o convenciones internacionales adoptados por los órganos públicos o en los principios reconocidos por el derecho internacional y americano”.
“Es competencia de los tribunales nacionales, independientemente del lugar de su comisión, juzgar los caso que constituyan genocidio, crímenes de guerra o crímenes contra la humanidad, siempre que el imputado resida, aún temporalmente, en le país o los hechos se hayan cometido en perjuicio de nacionales”.
Es posible que pensar en lo indicado como una realidad es posible que nos califiquen de iluso, sin embargo, más temprano que tarde llegaremos adquirir la conciencia necesaria para que muchas cosas se hagan realidad.
Claro lo que ha sucedido en España, en contra del magistrado Garzón, podría estar siendo considerada como una involución del desarrollo que ha arribado ese país y una negación a la justicia que tanto ha avanzado. Ahora bien, cuándo llegaremos a ser una democracia que puedan ejecutarse tales acciones sin que los grupos trujillistas y conservadores conlleven el mismo proceder que en España contra Garzón. Aún nos falta la creación o implementación de la institucionalidad de la que no disfrutamos.
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